Cientos de niños de La Colonia participaron ayer en la fiesta de los Huevos Pintados, una costumbre centroeuropea que trajeron los primeros colonos allá por 1767 y que perdura en muchos pueblos carolinos. En los últimos años, los ayuntamientos de Fuente Palmera, Fuente Carreteros y Ochavillo del Río están potenciando esta tradición, sobre todo ahora que se está conmemorando el 250 aniversario de su fundación. Se trata de una costumbre pagana muy popular que celebra el retorno de la primavera, la fertilidad y el renacer de la vida coincidiendo con la Pascua. Como es tradicional, la celebración transcurre durante el Domingo de Resurrección. En la plaza Real de Fuente Carreteros se congregaron más de doscientas personas, cien de ellas escolares de entre 2 y 13 años, que participaron en un concurso pintando los huevos -previamente cocidos- con pintura acrílica. Mientras tanto, algunas vecinas hicieron una demostración de una técnica centroeuropea mediante la que se colocan en los huevos flores y plantas sujetas por una media. Luego se introducen en agua hirviendo durante veinte minutos, junto con hojas de cebolla, lombarda, etcétera, que les van dando color. Al extraerlos, y quitar la media, queda dibujada la silueta de las hojas de perejil, margarita o hierbabuena utilizadas. En Ochavillo del Río, medio centenar de jóvenes participaron en un taller y concurso de huevos pintados y en el de arrastralatas. En Fuente Palmera, desde el Lunes al Miércoles Santo se organizó un taller de huevos de Pascua.