Ayer reptaba por la Puerta del Puente cuando pude observar, bajo el arco, un hombre con un disfraz de gorila. Recordé otros momentos en los que este espacio era ocupado por una violinista y otros músicos, y la verdad es que el cambio resulta algo chocante. Eso sí, esta persona tiene mérito si soporta el calor cordobés con ese atuendo...