La familia salesiana celebró ayer el epílogo más glorioso al intenso mes de actividades que ha llevado a cabo para mayor gloria de su patrona, María Auxiliadora, en el día de su festividad. Una larga jornada que comenzó temprano con varias eucaristías en honor de la Virgen, si bien el punto álgido de la celebración se vivió por la tarde con diversos actos como la presentación de los niños a la Virgen, un encuentro que tuvo lugar poco antes del traslado de la imagen hasta el patio del colegio Salesianos, donde fue recibida con el canto de la Salve. A las 19.30 horas, el vicario general de la diócesis, Francisco Orozco, junto a varios sacerdotes ofició una solemne eucaristía ante cientos de fieles, alumnos y padres del colegio.

Con este ambiente dio comienzo la procesión de la Virgen por las calles del barrio de San Lorenzo. Abrió el cortejo Santo Domingo Savio en unas sencillas parihuelas, tras él caminó el paso de San Juan Bosco, acompañado por la agrupación musical de la Sagrada Cena, una nueva obra salida de las gubias del imaginero boliviano Edwin González, que ayer procesionó por primera vez.

Fue la mejor antesala para recibir a María Auxiliadora, que caminó a los sones de la sevillana banda de Mairena del Alcor. El dorado paso de la Virgen fue exornado con distintas variedades de flores en blanco y rosa, donde destacaban las esquinas de gladiolos, también en color rosa. Una nueva tarde de mayo donde la Virgen tiñó de rosa y azul un barrio que cada año se rinde a la gloria de María Auxiliadora.