La Casa Familiar de los Hermanos de la Cruz Blanca ha incorporado a sus prestaciones, tendentes a mejorar las condiciones de vida de personas con discapacidad, un espacio que persigue aportar nuevas sensaciones a los internos.

Se trata de una sala de estimulación en la que por medio de la música, los colores, las luces, las proyecciones, las vibraciones, el tacto o los aromas se pretende que los alumnos aprendan a relacionarse con el mundo que les rodea. Es un espacio pensado para la estimulación de los distintos sentidos y aportar experiencias que despierten algún tipo de sensación al recibirlas. Tiene este pequeño rincón la facultad de relajar si es eso lo que se pretende en momentos de demasiada tensión nerviosa o de despertar sensaciones estimulantes, que ayuden a un mayor desarrollo cognitivo.

La sala fue inaugurada ayer por la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos, y el superior de la congregación que dirige el centro, José Villar. Para la puesta en marcha de esta nueva iniciativa, así como para hacer diversas mejoras relacionadas con la eficiencia energética, la Diputación ha hecho una aportación de 40.000 euros, según explicó Ceballos.

El presidente de la Asociación Amigos de la Cruz Blanca, Miguel Angel Caracuel, destacó que este es un paso más en la atención a este colectivo de la organización que lleva más de 30 años en activo.