Lo que reí ayer tras la suelta de la Diablilla, en Montoro, donde hasta el cura de la iglesia de San Bartolomé, Antonio Jesús Morales, acabó empapado de agua de arriba abajo. Y le pregunté: «Padre, ¿qué le ha pasado, por qué se mete en estos charcos?». Y me dijo: «Hijo, las costumbres y tradiciones populares hay que vivirlas en primera persona».