Hace días repté hasta el acto de presentación de la Cabalgata de los Reyes Magos, en el que se leyeron cartas que los más pequeños han escrito a sus majestades de Oriente, y no a otras personas. Esta fue la acotación que realizó un niño, que explicó que quería que su misiva llegara a los reyes, y no a sus padres, en una apuesta por mantener la ilusión.