Antonio Espejo lo volvió a conseguir. El que fuera ciclista profesional del mítico equipo Kelme reunió anoche en Montilla a centenares de ciclistas de todas las edades en la vigésimo sexta edición de la Marcha de Luna Llena, una de las actividades deportivas más espectaculares de cuantas se desarrollan en la provincia a lo largo del año.

No en vano, desde 1990, alrededor de un millar de ciclistas de todas las edades disfrutan de un paseo nocturno en bicicleta por distintos parajes de Montilla. Una actividad que destaca por su belleza, ya que la Luna contrasta con las pequeñas luces de las bicicletas, lo que convierte a esta actividad en una de las más espectaculares y divertidas de cuantas se celebran a lo largo del año.

Tras tomar la salida desde el pabellón municipal, el gigantesco pelotón intergeneracional tomó literalmente la avenida de Andalucía para continuar por Puerta de Aguilar, Corredera, José de los Ángeles, Gran Capitán, Santa Brígida y Julio César. Justo en ese punto, la caravana tomó rumbo hasta la Fuente Nueva para, a través de los caminos rurales del municipio, llegar hasta Descansavacas, donde se volvió a fijar el avituallamiento.

Una vez recargadas las pilas, la Marcha de Luna Llena inició el camino de regreso a Montilla a través de Vereda de los Limones, El Cuadrado y el Camino del Carrerón hasta el Estadio Municipal de Fútbol que, por segundo año consecutivo, acogió una fiesta para todos los participantes en la ruta ciclista y para un gran número de montillanos.