Un misterioso caballero, bien trajeado por cierto y desconocido por cuantos allí estaban, sorprendió hace unos días al escritor Alberto Díaz-Villaseñor en la presentación de su libro, que siguió atento y sin perder detalle. Debió tener una urgencia de tal calado que tuvo que salir corriendo de la sala, aunque con las prisas ‘olvidó’ pagar el libro que llevaba.