Ahora que el mundo transita por una revolución tecnológica en la que el formato digital y el papel se echan un pulso, parece conveniente recordar que hace no demasiados años (dicen que 20 años no es nada) se vivía el primer paso de otra revolución tecnológica en el mundo de la prensa, la llegada de la era del color, en la que Diario CÓRDOBA apostó decididamente por estar a la vanguardia.

Después de meses de preparación, de viajes a Alemania para conocer el funcionamiento de la nueva máquina y de cursos de formación para los técnicos que tenían que ponerla en marcha en Córdoba, el 29 de septiembre de 1995, el periódico se embarcaba en esa aventura con la adquisición de una nueva rotativa, nuevas filmadoras que daban alas para seguir avanzando reduciendo el tiempo de producción y mejorando la calidad del producto. El periódico de ese día daba cuenta detallada de ese salto tecnológico en un amplio suplemento que anunciaba además el proceso de rediseño de todo el periódico, que estrenaba así nueva tipografía y un look más moderno basado «en dos principios básicos: la claridad y el orden». Han pasado veinte años y el color, que empezó a introducirse tímidamente, ha llenado con el tiempo las páginas del periódico y de los suplementos que lo acompañan. Empezaba una nueva etapa en la que desde el ordenador de mando podía controlarse casi todo, diciendo adiós para siempre a aquellos años de cajas de letras. En 1995, todo el protagonismo se la llebaba un tipo de letra, la Franklin Gothic, que durante años sería la elegida para escribir los titulares de portada.

La información que la tecnología digital ha hecho moverse a velocidad de vértigo, iniciaba entonces el camino hacia el siglo XXI. A ese cambio lo siguieron otros muchos, tanto en la versión digital como en la de papel, el último hace apenas unos meses con un nuevo rediseño del periódico y una revisión de su formato con la que adaptarse a los nuevos tiempos. Un proceso que nunca para porque la prensa, como el mundo en general, está siempre en continuo cambio.