Por un momento, bien podría ser la caída del Imperio Romano. Los alumnos de cinco años de los tres colegios de Rute, más sus compañeros del colegio Ángel Cruz Rueda, de Cabra, devastaron ayer todas las construcciones que los maestros pasteleros de Galleros Artesanos habían edificado para la campaña de Navidad. Así, un año más, ha llegado el fin del popular belén de chocolate.

Antes del verano siete maestros pasteleros comenzaron a trabajar en el belén, empleando más de 1.500 kilos de chocolate, como recuerda Jorge Garrido, que coordina todo el trabajo de cara a la campaña de Navidad. En esta ocasión el belén de chocolate ha rendido homenaje a la Italia monumental, y así, trabajando con chocolate blanco, fondant o gelatina, han reproducido el Coliseo, que ocupa la parte central, el panteón de Agripa, una villa romana, los intrincados canales y puentes venecianos y el campanile de San Marcos, la Basílica de San Pedro, la emblemática Torre de Pisa o el palacio Vecchio de Florencia. Una maravilla que ocupaba 60 metros cuadrados y que ha recibido miles de visitantes, recuerda Jorge Garrido.

Ahora, y sin contemplaciones, más de un centenar de niños han destruido pieza por pieza este belén y lo han lanzado al fuego para derretirlo. Después, esta empresa ruteña les ha preparado un desayuno con chocolate nuevo y bollos y una actividad con payasos. Este belén ha pasado a la historia y ahora queda hacer uno nuevo. Como reconoce Garrido, no siente lástima al ver destruirse todo este trabajo: «Así es el fin de nuestro belén, toca comenzar a preparar el próximo», afirma.