Eduardo Zaplana, expresidente de la Generalitat valenciana, ha llegado cerca de las 10.30 de la mañana al cuartel de la Guardia Civil del barrio valenciano de Patraix y se espera que pase a disposición judicial en las próximas horas, tras haber sido detenido el pasado martes en la 'Operación Erial' acusado de los posibles delitos de blanqueo de capitales, delito fiscal y malversación de caudales públicos.

Antes, el también exministro de Trabajo debe declarar ante la UCO, algo que podría producirse de manera inmediata. El plazo habitual de 72 horas para llevarlo ante la jueza de Instrucción 8 acaba mañana por la mañana, pero se espera que no se apure. Sus abogados han pedido su libertad por la leucemia que sufre y que le hizo someterse a un transplante de médula en el 2015, algo a lo que se ha opuesto a la fiscalía.

Poco después ha llegado en un coche particular Juan Cotino, el exconsejero valenciano y exdirector general de la Policía, que está citado para declarar como investigado. Dentro del cuartel está su sobrino José Cotino, detenido en la operación como su hermano Vicente, que está en otras dependencias de la Guardia Civil.

Expectación mediática

A su entrada en el reciento, envuelta en una gran expectación mediática, no ha querido hacer declaraciones y con una sonrisa se ha limitado a recomendar a los periodistas que fueron con cuidado para no caerse.

Antes que ambos, fueron trasladados a este cuartel el matrimonio que forman Joaquín Barceló y Felisa Grau, amigos íntimos de Zaplana que fueron detenidos en Alicante. También se espera que llegue Francisco Grau, exasesor fiscal del exministro, y Juan Francisco García, su exjefe de gabinete al frente de la Generalitat valenciana.

El exdirigente del Partido Popular ya pasó en este cuartel la noche del martes tras haber asistido a los registros de sus propiedades en València y en Benidorm y el miércoles fue trasladado a Madrid para continuar esos registros.