Vanessa, trabajadora de una heladería de la plaza de la Vila de Madrid, ha oído primero un "fuerte golpe" y después tiros. Ha salido a la calle a ver qué pasaba. Y lo que pasaba delante de sus narices era que la gente corría y agentes de la policía con chalecos antibalas corrían. Un agente le ha explicado: "Estamos persiguiendo a un hombre armado. Y en un bar hay otro con rehenes". El policía le ha recomendado que se refugiara en la heladería, cosa que ha hecho ipso facto no sin antes cobijar en el establecimiento a cuantas personas han cabido. Y han bajado la persiana.

José Luis ha dejado a su esposa, María José, en la esquina de Via Laietana con Sant Pere. Mientras él iba aparcar el coche, ella ha ido a El Corte Inglés de la plaza de Catalunya. Mientras la mujer estaba en los grandes almacenes se ha producido la evacuación del comercio y "una estampida humana se la ha llevado por delante", relata José Luis.

Ella ha quedado dentro del perímetro acordonado por la policía y él fuera. "Por teléfono me ha contado que alguien la ha recogido y la ha llevado a un bar, donde la han refugiado. Teme que tiene algo roto", explica el hombre.

Mientras José Luis hablaba con EL PERIÓDICO su mujer le ha llamado para comunicarle que una ambulancia ha ido a recogerla.