A 20 días del 1-O el independentismo centra todas sus fuerzas en conseguir que todos los ayuntamientos catalanes colaboren con el referéndum. Es más un esfuerzo cualitativo (pocos municipios pero muy poblados, empezando por la capital, Barcelona, y siguiendo por L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Mataró, Terrassa, Lleida y Tarragona, entre otros), porque el cuantitativo lo tienen más que conseguido, no en vano más de 700 consistorios han prometido ya toda la ayuda logística posible. El éxito de la manifestación de la Diada ha redoblado el ‘pressing’ sobre ese puñado de alcaldes que tienen, de hecho, la llave del éxito o del fracaso de la convocatoria.

En la misma manifestación, la presidenta de la Associació de Municipis per la Independència (AMI), Neus Lloveras, ha pedido a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, al de Lleida, Àngel Ros, y al de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, así como al resto de municipios (por ejemplo, L’Hospitalet, Terrassa y Mataró) que se oponen a ceder locales que se impliquen "con la democracia" y permitan que sus ciudadanos puedan votar con normalidad.

"Como en el franquismo"

Lloveras ha subrayado que el Estado sufre "un retroceso democrático que nos devuelve a la época del franquismo" y que intenta "meter miedo" a los alcaldes. Ella, a su vez, ha instado a los regidores que no ceden locales a "escuchar a la gente". "Solo tenemos miedo a decepcionar a los ciudadanos, no nos dan miedo las amenazas", ha añadido en su discurso en la manifestación.

Las apelaciones a Colau han sido las más recurrentes. La alcaldesa de la capital no ha acudido este año a la Diada y ha preferido intervenir en un acto de partido matinal junto a Pablo Iglesias. En Santa Coloma de Gramenet, y ante un millar de personas, no se ha movido un ápice y ha mantenido su voluntad de buscar la manera de que “la gente vote”, eso sí, sin comprometer ni a los funcionarios ni su carrera política. Entre los manifestantes de Barcelona, referencias a la capital catalana y a la actitud de Colau: "Nada entre dos aguas".

El ‘expresident’ y presidente del PDECat Artur Mas y la CUP han coincidido, por un día, gracias a Colau. Mas y los anticapitalistas han pedido a la alcaldesa de Barcelona que "tome nota" de la manifestación de la Diada y "se dé cuenta de dónde está la gente que quiere votar", por lo que la han instado a que "ayude a poner las urnas". "Señora alcaldesa, ponga los colegios", le ha reiterado la cupera Anna Gabriel, quien ha reclamado a los ediles que faciliten los colegios de votación y que "rompan las interlocutorias" que les lleguen del Tribunal Constitucional.

Según el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, "la nueva legalidad" creada con las 'leyes de desconexión' aprobadas por el Parlament esta semana -sin la participación de la oposición de Ciudadanos, el PSC y el PPC- "es la única" que el independentismo reconoce cara al referéndum. "Si alguien duda, decimos bien claro que las decisiones del TC o de cualquier otro organismo estatal no nos vinculan, la ley es la de nuestro Parlamento y nuestra obediencia es para nuestro Govern", ha avisado.

Régimen del 78

Jordi Cuixart, líder de Òmnium, también ha subrayado que la alternativa es "o acabar con el régimen del 78 -uno de los objetivos del espacio de los 'comuns'- o ser una autonomía intrevenida por las cloacas del Estado".

Pero esta presión parece no amilanar en exceso a los alcaldes que no piensan ceder locales. Es el caso de la edil de L'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, que ha aprovechado un encuentro matutino fortuito con Carles Puigdemont y con Colau para reclamar al 'president' que deje de presionarla para que ceda locales municipales. "A ver si dejáis tranquilos a los alcaldes", le ha lanzado.

Así las cosas, si se mantiene el rechazo de las citadas ciudades a facilitar puntos de votación, el Govern deberá hallar alternativas utilizando probablemente locales de la propia Generalitat ubicados en estos municipios.