El nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha prometido hoy que su partido será el de la "honradez intransigente" y ha asegurado que no le va a temblar la mano para echar a ningún corrupto de sus filas.

En su discurso ante los delegados del congreso federal extraordinario que le han elegido por aclamación, Sánchez se ha mostrado convencido de que los españoles no aceptan "trapicheos ni tejemanejes".

"No me va a temblar el pulso para echar a ningún corrupto del PSOE", ha asegurado.

Sánchez se ha comprometido además a hacer asambleas abiertas y a rendir cuentas ante la militancia cada año, así como a estar cerca de los militantes y de la ciudadanía.

"Hay muchos militantes que con su voto -ha dicho- nos han dicho que no podremos cambiar España si la miramos desde una ventana".

Por eso quiere un PSOE "abierto y participativo", un camino que se ha iniciado con la consulta a las bases del pasado día 13 y que, a su entender, deberán seguir otras fuerzas políticas, porque la sociedad no va a aceptar a ningún partido que "no sea plenamente democrático".

También ha pedido hablar "lo justo del PSOE", en un llamamiento para que en su partido se dejen de lado las cuestiones internas.

El líder socialista ha recordado que en la presentación de su candidatura, el pasado 12 de junio en la localidad madrileña de Alcorcón, aseguró que si era elegido sería un secretario general en la carretera, y ahora ha reiterado que estará "poco en Ferraz y mucho en los territorios, con los militantes de base".