Pedro Sánchez limitó ayer los pactos a los que llegará el PSC tras las elecciones catalanas del próximo 21 de diciembre. Según el líder de la oposición, los socialistas catalanes no llegarán a acuerdos «ni con independentistas ni con conservadores», cerrando así la puerta tanto a ERC, Junts per Catalunya y la CUP como al PP y Ciudadanos. Según este esquema, la única formación que quedaría sería Catalunya en Comú -partido que integra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau-, pero las encuestas, como la última del Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (Gesop) publicada por este diario el pasado domingo, sitúan a esta suma muy lejos tener capacidad para gobernar.

En cualquier caso, el secretario general del PSOE no aclaró si se abriría a un entendimiento con los republicanos y la lista que encabeza el destituido presidente catalán Carles Puigdemont si estos se comprometieran a aparcar el separatismo en la próxima legislatura.

«Hay una ecuación, por lo que le he escuchado a Miquel Iceta: no vamos a hacer presidente a ningún candidato que abrace el secesionismo y en segundo lugar somos una organización de izquierdas», explicó Pedro Sánchez durante una entrevista en Televisión Española.

CONTRA LA RECENTRALIZACIÓN

El líder socialista también aprovechó la cita para estrenar una nueva etiqueta con la que referirse a Ciudadanos, el único partido al que la actual coyuntura política, con la crisis territorial alcanzando cotas nunca vistas, está beneficiando electoralmente en toda España. Muy lejos de decir que son una fuerza «progresista y de cambio», como mantenía hace año y medio en defensa de su fracasado pacto de investidura con Rivera, Ciudadanos es ahora «la media naranja del PP». «Ciudadanos está a la derecha del PP», insistió Sánchez, para quien ambas formaciones «quieren recentralizar». «Por ahí el PSOE no va a pasar», espetó el líder del PSOE.

La reacción de la líder de C’s en Cataluña no tardó en llegar. Inés Arrimadas instó al PSOE a «dejar de pensar en votos y sillas» y ratificó que si «los números dan», solicitará el apoyo de los socialistas para formar gobierno en Cataluña, independientemente de lo que hayan dicho en campaña.

Por su parte, el líder del PSC, Miquel Iceta, reforzó el discurso de Pedro Sánchez y también ayer confirmó que su partido «no premiará» a quienes han llevado a Cataluña «al borde del precipicio» y, por ello, no hará presidente ni a un candidato independentista ni a uno «de derechas», incluyendo a Ciutadans, por ser «socio preferente» del PP.

Así lo aseguró en declaraciones a los medios tras visitar el Mercado de la Guineueta, en Barcelona, donde estuvo acompañado del líder del PSC de Barcelona, Jaume Collboni. «No haremos presidente a un independentista y no haremos presidente a uno de derechas», insistió. «Está claro que el que vote al PSC está votando para tener un presidente de izquierdas, progresista, que busque un acuerdo y cambie el rumbo en Cataluña».