Los Reyes de España se reunieron hoy con las principales autoridades italianas en su primera visita oficial a Italia, con cuyo primer ministro, Matteo Renzi, constataron el "magnífico estado" de las relaciones bilaterales, y también que ante Europa ambos países tienen intereses "muy similares y compartidos".

En unas inusuales declaraciones a los periodistas, el propio jefe del Estado español, tras reunirse con Renzi, hizo balance del viaje para reconocer su "vinculación familiar" con Roma, donde en 1938 nació su padre, el Rey Juan Carlos I, sin olvidar referirse a la relación histórica "muy profunda y muy intensa" de España con Italia.

Mientras la Reina Letizia escuchaba sus palabras, a las puertas del Palacio Chigi, sede la Presidencia del Gobierno, Felipe VI explicaba que tanto con el jefe del Ejecutivo italiano como antes con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, habían repasado las relaciones entre los dos países, además de abordar, de forma más amplia, la situación en el mundo.

Europa, en este sentido, ocupó también parte de estas conversaciones, y no en vano Renzi será hasta final de año presidente de turno de la Unión Europea.

Más allá del contenido institucional de estos encuentros, el Rey Felipe hizo unas reflexiones de carácter más emotivo sobre el significado de este viaje para él y su esposa, el primero a Italia desde su proclamación, hoy hace cinco meses, aunque en junio ambos estuvieron en Roma para reunirse en el Vaticano con el papa Francisco.

"Me gusta Italia muchísimo", subrayó el Monarca español, quien agradeció "de corazón" la "hospitalidad" de sus autoridades, y reveló que Renzi les había pedido que se sintieran "como en casa" y confesó que esperaban "volver pronto" a un país al que han viajado llenos de "honor y emoción".

La ministra española de Agricultura, Isabel García Tejerina, acompañó a los Reyes para cumplir una agenda de cuatro entrevistas.

La primera, a mediodía, tuvo lugar con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, de 89 años, que junto a su esposa, Clio Bittoni, les acogió en el Palacio del Quirinal.

Allí celebraron una reunión con delegaciones de los dos países antes de un almuerzo en la Sala de los Espejos, calificado de muy cordial por fuentes españolas, al que se incorporó el hijo mayor de presidente, Giulio Napolitano.

Tras la comida, los Reyes se desplazaron al Palacio Giustiniani, donde está el Senado de Italia.

En este caso los anfitriones fueron el presidente de la institución, Petro Grasso, y su esposa, Maria Grasso, con quienes se fotografiaron, ante tres banderas de España, Europa e Italia, en una estancia contigua a la sala donde el 27 de diciembre de 1947 se firmó la Constitución italiana.

Con honores y música fueron después recibidos en el patio del Palacio Chigi por Matteo Renzi, uno de los mandatarios más jóvenes de Europa, con tan solo 39 años.

El primer ministro esperó la entrada de su coche oficial en el extremo de una alfombra roja que luego, tras los saludos, recorrió al lado de Felipe VI mientras ambos pasaban revista a militares con uniforme de gala.

Al término de esta tercera entrevista, y después de las declaraciones a la prensa, los Reyes de España se dirigieron a pie hasta el cercano Palaci Monceitorio, sede de la Cámara de Diputados.

Su presidenta, Laura Boldrini, les mostró las dependencias parlamentarias, incluido el hemiciclo, donde hoy no había sesión plenaria.

Felipe VI regresó después a España, pero la Reina se quedó en Roma para participar mañana jueves en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición de la FAO