Cuando sólo restan unos días para que comience oficialmente una de las campañas electorales más reñidas de la historia reciente de España, el presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, ha reclamado a sus adversarios que se permita gobernar a aquel de los aspirantes que en las elecciones de diciembre resulte el más votado, respetando el pacto tácito que se fraguó en la transición en este sentido. "Mi posición es que la fuerza preferida de los españoles sea la que gobierne. Otros no piensan igual. Ya lo hemos visto", ha señalado.

Rajoy se ha pronunciado así en rueda de prensa en París, donde participa en la cumbre mundial del Clima, y donde ha conocido algunas de las encuestas que se han publicado este lunes en distintos medios de comunicación que, como la que difundió este domingo en El País, apuntan a un casi empate técnico entre PP, PSOE y Ciudadanos (C's), que protagoniza una notable subida en los sondeos. En todo caso, los populares seguirán siendo según estos estudios de opinión la fuerza más votada el 20-D, lo que explica en parte el interés de su jefe por avalar la tesis de respeto a la lista más apoyada a la hora de buscar la investidura.

LA ADVERTENCIA DE RIVERA

Cabe destacar además que Albert Rivera, el líder de C's , ya ha dado algunos detalles sobre lo que piensa hacer en caso de que la suya no sea la fuerza ganadora en las legislativas: no aceptará entrar a formar parte de un gobierno de PP o de PSOE a cambio de respaldo para gobernar y, para facilitar que otro presidente que no sea él mismo pueda llegar a La Moncloa, se sentará a negociar sobre unos puntos concretos como ya hizo en las autonómicas de Andalucia -donde su partido facilitó que la socialista Susana Díaz llegara al poder- o en Madrid -autonomía donde avalan a la popular Cristina Cifuentes-.

En recientes comparecencias, Rivera ha señalado ya que ni él ni su Ejecutiva tienen previsto tampoco apoyar explícitamente las investiduras de Rajoy o Pedro Sánchez, lo que deja en evidencia que la carta que piensa jugar el presidente de Ciudadanos, en caso de que no sea la suya la fuerza política que tenga que impulsar las negociaciones para facilitar un gobierno en España, es la de la abstención. Ante esto, Rajoy prefiere aplazar ese tipo de debates, como ha recalcado hoy en París. "Mi posición en materia de pactos es hablar de ellos tras las elecciones", ha sentenciado el jefe del Ejecutivo.

NO INNOVAR EN DEBATES, SÍ EN ENTREVISTAS

En su comparecencia ante los medios de comunicación, también se le ha preguntado a Rajoy si considera una buena opción que, el próximo lunes 7 de noviembre, en el debate a cuatro que se celebrará en Atresmedia, sea la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaríala que acuda a defender la candidatura popular en vez de él mismo. No obstante, el líder conservador sí ha aceptado un cara a cara con el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, el dia 14 en la Academia de la Televisión. "En debates he seguido la misma línea que hay desde la vuelta a la democracia o un poco después, que consiste en que todos los debates de campaña han sido entre el presidente y el líder de la oposición", ha aseverado.

"Felipe González debatió con Aznar; Rodríguez Zapatero conmigo; Rubalcaba y yo debatimos porque los dos éramos candidatos y ahora lo voy a hacer con el líder de la oposición, que es Pedro Sánchez -ha proseguido-. Por tanto, volveré a debatir por cuarta vez en un debate importante que es a dos, que es como son los debates importantes en unas elecciones".

En la misma línea, Rajoy ha dicho que no le es posible aceptar las más de 30 ofertas para debatir que tiene sobre la mesa o la multitud de entrevistas que se le han solicitado en estas últimas semanas y que, por tanto y dado que además tiene que seguir gobernando, no ve ningún problema en enviar a Sáenz de Santamaría u otros compañeros a sustituirle en algunos de esos encuentros electorales. "El PP tiene gente muy preparada y capaz y no está escrito en ninguna parte que los debates los tenga que hacer solo el presidente", ha rematado.