Ni Flandes ni Bruselas. Carles Puigdemont ya ha decidido dónde quiere fijar su residencia en Bélgica y la ciudad elegida ha sido finalmente Waterloo, a 30 kilómetros de la capital belga y escenario de una batalla decisiva, que supuso la derrota de Napoleón Bonaparte y que cambió la historia de Europa para siempre. Según ha avanzado este jueves el diario francófono 'L’Echo', el candidato de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, cuya investidura se vio frustrada el martes, se refugiará en una espaciosa villa de 550 m2 a 4.400 euros al mes.

El contrato de alquiler, precisa este diario citando fuentes fiables, lo habría firmado el miércoles su amigo y consejero Josep Maria Matamala. Se trata de una mansión de ladrillo rojo con seis habitaciones, tres baños, con sauna incluida, una cocina superequipada, garaje para cuatro coches y una terraza de 100 m2 cuadrados que da a un jardín de 10 hectáreas. Está situada, además, en una calle con un nombre que le puede resultar muy evocador, dadas sus circunstancias actuales: la calle del Abogado.

El lugar de residencia de Puigdemont, y del resto de 'exconsellers' y diputados que le han acompañado en este periplo, ha sido todo un misterio desde que llegó a Bélgica el pasado 30 de octubre. A finales de diciembre, no obstante, trascendió que había encontrado refugio en una villa situada en la localidad de Sint Pauwels propiedad de un millonario flamenco vinculado a la Nueva Alianza Flamenca, los nacionalistas de Flandes. Hace unas semanas, varios medios belgas situaban al 'expresident' en el hotel Husa President Park, en el que su formación ha organizado varios actos con la prensa y con militantes de la lista que lidera.

Solicitud de residencia

La nueva información lo sitúa ahora al sur de Bélgica, en el Brabante valón, y confirmaría que los planes del político catalán pasan por seguir en Bélgica pese a que sigue siendo el candidato de JxCat y sigue teniendo cuentas pendientes con la justicia española. Lo que no confirma este diario es si Puigdemont ha dado el paso de registrarse oficialmente en el ayuntamiento para regularizar su situación. Un trámite que habitualmente todo desplazado debe hacer si decide quedarse más de tres meses, al margen de que la legislación europea garantiza la libre circulación de personas.

Este trámite está, en todo caso, tasado. Para registrarse oficialmente, la legislación belga exige acudir en persona a la comuna a cumplimentar el trámite y un domicilio fijo por el que posteriormente debe pasar la policía para comprobar que efectivamente la persona vive en ese lugar y tiene su nombre escrito en el buzón. El papeleo también le exige demostrar que o es un trabajador (asalariado o autónomo), solicitante de empleo, estudiante o una persona con recursos suficientes para vivir por su cuenta en el país y que no supondrá una carga para el Estado. La decisión final está en manos del Ministerio de Interior, ocupado actualmente por el nacionalista flamenco Jan Jambon.