El alcalde de Batea plantea convocar un "referéndum" para que esta localidad tarraconense de 2.000 habitantes cercana al límite con Teruel se separe de Cataluña y se incorpore a Aragón. Joaquim Paladella ya ha hecho una petición oficial para reunirse con el subdelegado del Gobierno en Tarragona, Jordi Sierra, y también ha solicitado entrevistarse con el 'president', Carles Puigdemont.

"Lo que es evidente es que si unos pueden tener el derecho de decidir por un lado, nosotros lo podemos tener por el otro", ha asegurado en alusión al 1-O el alcalde socialista, que aduce "un largo historial de discriminaciones". El exdiputado del PSC recalca que en Batea se sienten "muy catalanes", pero advierte de que "no se puede continuar discriminando al pueblo". "Nací en Cataluña, me siento muy catalán y sueño con Cataluña, pero el Govern ignora nuestros problemas", ha sentenciado.

Entre los agravios que expone para explorar esta opción, destaca que el Govern "no ha cumplido el compromiso" de ofertar 60 plazas concertadas de una residencia de ancianos ya que en la actualidad solo hay la mitad. También denuncia "la imposición" de tres nuevos parques eólicos en el municipio, asunto polémico en la comarca de Terra Alta.

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha mostrado su "indignación, vergüenza e impotencia" por la propuesta del alcalde y ha expresado que "no vale todo" para "conseguir unas plazas de la residencia". Unió per la Terra Alta, candidatura vinculada al PSC, gobierna en Batea desde 1991. Pese a ello, en las últimas elecciones catalanas Junts pel Sí fue la fuerza más votada con el 48% de los votos.

LA CONSULTA DE TONA

A la espera de ver qué pasa con Batea, la del 1-O no es la única consulta polémica en Catalunya. El abogado del Estado presentó un recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Tona (Osona) para impedir una votación ciudadana sobre la nueva bandera municipal al considerar que es un "referéndum encubierto". Desde el lunes hasta el sábado los 6.700 habitantes mayores de 16 años podían elegir entre cinco enseñas. El requerimiento judicial llegó el lunes al mediodía (ya iniciada la votación) y daba 10 días para presentar alegaciones por lo que, como explica el alcalde, Josep Salom, cuando respondan al juez "ya se habrá celebrado la consulta y el resultado se aplicará".

"Es surrealista", exclama Salom, que explica que no pensaban "en un referéndum ni mucho menos". Tona no tenía escudo aún y encargó el que le correspondía heráldicamente. A partir de sus colores, se encargaron también cinco propuestas de banderas. El pleno del 29 de marzo aprobó por unanimidad que sus conciudadanos mayores de 16 años (unos 6.700) fueran los que eligieran cuál preferían de acuerdo con la ley de consultas no refrendarias del Parlament del 2014.

Aunque el Tribunal Consitucional impugnó algunos artículos de la norma, Salom explica que estos no incluyen el que permite someter a votación cuestiones en las que tiene competencia, como esta. El alcalde, que no quiere ser "mártir ni héroe", explica que no hay desobediencia alguna y que presentarán sus alegaciones ante un conflicto al que sigue sin encontrar sentido. "Deben de haber visto 'consulta' y 'decidir' y han saltado chispas", reflexiona.