Los cambios en las alcaldías se han sucedido en varios municipios tras el referéndum. El pasado jueves el PDECat rompía su acuerdo de gobierno con el PSC en Mataró y Palau-Solità i Plegamans. Con estos son nueves los ayuntamientos socialistas que han perdido socios desde verano y cuatro en una sola semana, ya que los posconvergentes también abandonaron el miércoles, junto a ERC, el equipo de gobierno de Blanes, el mismo día en el que un edil de Unió dejaba a Josep Fèlix Ballesteros en minoría en Tarragona.

"No creo en las casualidades en política. Este degoteo parece formar parte de una estrategia", explica Xavier Amor, secretario adjunto de Política Municipal de los socialistas y alcalde de Pineda. El 22 de septiembre, antes de que esta localidad costera pasara a primer plano de la actualidad por el hotel de los policías, dos concejales posconvergentes retiraron su apoyo al PSC (que cuenta con 10 de 21 concejales) por la negativa a dejar espacios municipales para el 1-O.

"En algunos sitios el motivo fue porque no cedíamos locales, en otros por la contundencia de las actuaciones policiales. Todo es fruto de la presión que se está viviendo y es una lástima que se esté trasladando la presión a la única institución que tendríamos que preservar, la que soluciona los problemas de proximidad - reflexiona Amor-. No entiendo que si en el 2015 se llegó a pactos en los que se decía que había que priorizar el objetivo de ciudad ahora se priorice el tema nacional". Fuentes de la dirección del PDECat en las comarcas de Barcelona han reconocido que estos casos no son aislados. "Ya salimos hace unos días de los gobiernos de Pineda y Esplugues. Todo por lo mismo. No podemos apoyar a gente que va en contra del 'procés' que intentamos hacer en el país".

En solo diez días, del 12 al 22 de septiembre, el PDECat hizo volar las alianzas en Pineda, Mollet y Esplugues. Aunque el presidente del PDECat en esta última población, Pere Clota, lo ceñía también a la negativa de la alcaldesa a ceder colegios para la consulta, desde la alcaldía se enmarcaba el divorcio en la crisis en el seno del grupo municipal convergente.

El PSC cuenta con 122 alcaldes y forma parte del equipo de gobierno en 70 municipios más. De estas 192 poblaciones, en las que viven casi cinco millones de catalanes, 51 están adheridas a la Associació de Municipis per la Independència.

En junio la alcaldesa de Tàrrega, Rosa Maria Perelló (PDECat), también anunció que aparcaba el trato con dos concejales del PSC por el "momento histórico que atraviesa el proceso" y para asegurarse que la población fuera "parte activa del referéndum".

El PDECat no es la única fuerza que ha decidido soltar amarras con el PSC por el 1-O. En Lliçà d’Amunt, los seis ediles de ERC dieron la espalda al alcalde socialista después de denunciar que eran uno de los únicos tres pueblos del Vallès Oriental en los que el alcalde se negaba a colaborar con el 1-O. En Tarragona fue un edil de la antigua Unió, Josep Maria Prats, el que dejó en minoría al gobierno municipal que conforman el PSC y el PP. "Cuando la fuerza sustituye la palabra, no tiene sentido mantener un pacto con quien es incapaz de condenar la violencia", justificó. El siguiente caso puede ser la semana que viene en Argentona, donde Tots per Argentona podría anunciar que los dos ediles del PSC dejan el equipo de gobierno.