En el informe publicado por la revista de West Point y elaborado por los expertos españoles Fernando Reinares y Carola García-Calvo aparecen dos imágenes del chaleco bomba que fabricaron los terroristas de Barcelona y Camrbils. Esas dos fotografías son las primeras imágenes que se hacen públicas de ese dispositivo y han sido cedidas a EL PERIÓDICO por los autores del documento.

En las instantáneas se ve como el chaleco está formado por una serie de cilindros metálicos rellenos de explosivo y unidos por unos cables. Esos cilindros están insertados en las ranuras de una tela elástica que se colocaría alrededor del torso el terrorista.

Este chaleco bomba apareció durante las tareas de desescombro de la casa de Alcanar donde la célula yihadista preparó el explosivo con que quería realizar los atentados. La pala excavadora con que se movían los escombros la extrajo enganchada en uno de sus dientes después de un movimiento.

Ese era el único chaleco bomba que tenía explosivo dentro. El resto de los que llevaban los miembros de la célula eran todos dispositivos simulados.

Ataques de gran calado

Los expertos destacan el gran calado de los atentados que los terroristas pretendían llevar a cabo en Barcelona. Según el documento, los terroristas habían llegado a fabricar entre 200 y 250 kilos de explosivo casero TAPT, conocido también como la Madre de Satán, que distribuían en fundas de almohada a modo de saco.

Durante su fabricación, los terroristas pintaron en la funda de una almohada la bandera del Estado Islámico. Su intención era colocar 100 kilos de explosivo en cada una de las dos furgonetas que habían alquilado para cometer los atentados.