Cuando faltan 72 horas para la jornada en que podría proclamarme la independencia de Cataluña, políticos de distintos signo se preguntan qué escribirá finalmente la pluma de Carles Puigdemont sobre el papel en blanco que ha de redactar de aquí al martes, última fecha elegida por los independentistas para acudir al Parlament tras la votación del 1-O. Ese interrogante está también sobre la mesa de Mariano Rajoy, junto a la carpeta en la que tiene "preparadas", dicen en La Moncloa, las medidas a impulsar si la secesión intenta tomar apariencia de realidad. Fuentes de la dirección popular inciden en que Rajoy no adoptará iniciativas drásticas hasta comprobar qué hace el president -"mientras no haya DUI nada de nada", resumen-, a fin de que su reacción pueda ser justificada dentro y fuera de España. "El Gobierno y el Estado de derecho harán todo lo que tengan que hacer, pero no conviene tomar decisiones en caliente. Hay que actuar con prudencia y tranquilidad, pero con firmeza. Y las dos cosas son compatibles", se recalcaba el jueves en un argumentario interno que el PP preparó para sus altos cargos, al que tuvo acceso este diario.

Este sábado, desde Valencia, el socialista Pedro Sánchez repetía que si el Gobierno se ve obligado a apretar el botón rojo, él estará detrás. Aunque insistiendo en el "diálogo" y la vuelta a la legalidad porque, y en esto coinciden PP y PSOE, se considera que hay margen para, si hay voluntad, reconducir la situación y evitar "el desastre". Especialmente tras el movimiento de ficha del mundo empresarial, que para una parte del bloque constitucionalista resulta más efectivo que la activación urgente del artículo 155 que sigue reclamando un Albert Rivera absolutamente escéptico sobre el final de esta crisis.

"Al igual que defendemos el diálogo hasta el último segundo, también respaldaremos la respuesta ante cualquier quiebra unilateral del Estado social y de derecho. Este es el compromiso del PSOE […] Abandonen el camino del secesionismo y vuelvan a la democracia, porque les estamos esperando para hablar, dialogar y pactar", enfatizó Sánchez, informa Nacho Herrero. "Si Puigdemont continúa así, a partir del martes, será como lanzarse a una piscina sin agua con consecuencias inevitables. Él lo sabe. Aún está a tiempo de reconducir la situación y volver atrás, de regresar a la legalidad", apuntó el coordinador general de los populares, Fernando Martínez Maillo, desde Zamora.

LOS CAMINOS INTERMEDIOS

Pero cabe destacar otro movimiento estratégico de calado que se produjo esta semana y que no fue apadrinado por el Gobierno o el partido conservador, si no por los socialistas: la presentación de un recurso en el Constitucional para frenar el Pleno del Parlament en principio previsto para el lunes. Y en el que se pretendía proclamar la independencia. El TC dio la razón a Miquel Iceta y se prohibió la jornada parlamentaria. Así las cosas, los socialistas catalanes no albergan duda de que su decisión fue correcta. "Los independentistas han acatado la resolución, ganamos tiempo y la nueva convocatoria [para el martes] ya no menciona la ley del referéndum", resalta un alto dirigente del PSC.

¿Puede significar eso que finalmente no haya DUI?. Según el PSC, puede haber caminos intermedios. "Creemos que la habrá, pero puede ser abstracta y en diferido, con efectos no inmediatos, y aún no sabemos qué propondría el Gobierno como respuesta, explican en el entorno de Iceta. Fuentes de la dirección del PP dicen al respecto que, si se diera el caso, deberían analizar al detalle la redacción de la declaración antes de decidir la intensidad de la respuesta. O sea, pedientes del folio y la pluma de Puigdemont.