El goteo de sondeos sobre las intenciones de voto de los españoles cara al 26-J anima y preocupa por igual a Podemos. Anima por cuanto, por lo denotan estas encuestas es que el pacto con IU para formar Unidos Podemos ha sido un acierto y, al menos demoscópicamente, suma, que es de lo que se trataba. Y preocupa que se instale en el electorado de la fuerza morada una confianza ciega en que el tan ansiado 'sorpasso' al PSOE se produzca, como se vaticina, y ello redunde en una desmovilización de sus bases.

Así, el secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, ha considerado hoy que la coalición Unidos Podemos está ante "un momento histórico", aunque ha valorado con "cautela" las encuestas que la sitúan como segunda fuerza por delante del PSOE. "Podemos siempre ha tomado con cautela las encuestas y también en este caso las cogemos con alfileres, pero nuestra encuesta, la de la gente en los actos y en las calles, nos dice que podemos ganarle al PP", ha indicado. Para Errejón , el PSOE le va a tocar jugar "el papel de arbitro" tras los comicios, se le ofrecerá entrar en "el gobierno del cambio".

Y es que Podemos juega a la polarización y a cierto ninguneo de los socialistas. O en palabras del propio Errejón en Asturias este domingo, el panorama político español está dividido en dos bloques, "el del PP y el de Unidos Podemos, que va a propiciar el cambio".

LA RESPUESTA DEL PP

Y precisamente el otro 'extremo' del arco electoral, como quiso subrayar el sábado Albert Rivera, es decir, el PP, se ha avivado el fuego de la polarización. Su vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, ha asegurado que en el Partido Popular "tienen su casa" los que "recelan del comunismo, del extremismo o de la izquierda radical" y ha reconocido que a su formación le da "miedo" que Podemos y PSOE "hagan una alternativa de Gobierno". Y yendo más allá, y mostrando ya la estrategia de campaña, Casado ha aseverado que "si en España no se quiere que Podemos gobierne el voto útil es al PP".