La ley de Murphy dice que cualquier situación por mala que sea es susceptible de empeorar. Si pensaban que no había nada peor que repetir elecciones en el puente de San Juan, abróchense los cinturones. De los creadores de Regreso a las urnas llega la amenaza fantasma de una tercera entrega, Pesadilla electoral en Navidad.

Los que peor lo pasarían si este escenario apocalíptico se cumple serían los 172.533 desafortunados que tendrían que comerse los turrones en una de las 57.511 mesas electorales. La principal consecuencia podría ser una desmovilización añadida a la ya vivida el 26-J y que afectó especialmente a la izquierda, y en concreto a Podemos.

Más allá de la imagen internacional que proyectaría España, hay que preguntarse por el coste económico que tendría. La repetición electoral ya costó 150 millones de euros, 20 de ellos en gasto de los partidos. Los 130 millones que aportó el erario en las pasadas elecciones incluyen los 48 millones de Correos (voto a distancia y propaganda), 12,8 millones del escrutinio y la difusión de los datos, 12,59 millones de logística (papeletas, locales, campañas de difusión) y 55,1 millones que se dejan las administraciones públicas en el proceso (por ejemplo, el despliegue de fuerzas de seguridad costó casi 13 millones).

Aunque hasta el Rey lo reclamaba, los partidos no se pusieron de acuerdo antes del 26-J ni para rebajar el coste global de 130 millones de la repetición electoral. No hubo pacto ni en un envío conjunto por correo.

Las fuerzas que más sufrirán serán las que no hayan conseguido grupo propio en el Congreso. Solo con grupo propio se puede acceder al cobro de la subvención por el envío gratuito de propaganda en campaña.

En lo único que coinciden los principales partidos es en que el escenario de otras elecciones generaría más cabreo social. A partir de ahí, arriman el ascua a su sardina. Respecto a las dificultades económicas, el diputado del PDC Carles Campuzano le resta importancia: «Unas elecciones pueden ser una oportunidad para presentarnos por primera vez con esta marca, con este nuevo proyecto».

El republicano Joan Tardà cree que el proceso independentista saldría reforzado porque se generaría «una cierta autoestima en el electorado independentista». Campuzano vaticina que quienes más perjudicados saldrían son el PSOE y Podemos porque «generan una idea de alternativa no realista».

Fuentes de En Comú Podem (ECP), en una referencia implícita al PSOE, opinan que «no son necesarios nuevos comicios para conseguir un Gobierno de cambio y progreso». El diputado del PSOE Manuel Cruz apunta que la desmovilización de la izquierda en otros comicios es una hipótesis de «los sociólogos, cuyas previsiones salieron trasquiladas» el 26-J.

Fuentes del PP presagian una alta desmovilización y creen que, mientras los electores populares irían a votar para garantizar la victoria del PP, el resto de fuerzas políticas sufrirían un gran retroceso. El riesgo electoral en Navidad existe.