El equipo de Pedro Sánchez reconoce que ahora mismo, tras haber ganado las primarias de forma incontestable y tomado el control del PSOE, su principal reto consiste en cumplir con las expectativas depositadas en el nuevo secretario general. Sánchez cosechó el apoyo de la militancia cabalgando a lomos del malestar con la abstención ante el PP, pero Mariano Rajoy continúa en la Moncloa y es muy complicado, casi imposible si no se convocan elecciones, sacarlo de allí. Aunque el líder socialista continúa tendiendo la mano a Podemos y Ciudadanos para que se alíen con él en una moción de censura (el mensaje recuerda mucho a febrero del año pasado, cuando intentó sin éxito su investidura como jefe del Ejecutivo), no trabaja con esa hipótesis. Los dos partidos se vetan y Albert Rivera tiene firmado un pacto con el PP. Así que, por el momento, su objetivo es más modesto: unir a todos los grupos de la oposición contra los conservadores para derribar su obra.

Los socialistas rechaza una moción de censura en la que participen las formaciones independentistas, de ahí que insista en la necesidad del concurso de los naranjas, pero no ve ningún problema en la negociación con ERC y el PDECat para iniciativas parlamentarias concretas. “El PSOE no se plantea sustentar una alternativa de gobierno en aquellos que quieren romper el país, pero sí defiende el diálogo con estas fuerzas”, señaló este lunes el nuevo portavoz del partido, Óscar Puente, alcalde de Valladolid.

La primera reunión de la ejecutiva, un día después del congreso que la eligió, sirvió para que los socialistas anunciaran la creación “inmediata” de una “mesa de coordinación”, donde se verán que iniciativas legislativas se pueden llevar a cabo, tanto para derogar normas del PP como para aprobar otras, aprovechando que los conservadores ya no tienen mayoría. Podemos y Ciudadanos tendrán en ella una participación “preferente”, pero no exclusiva. El PSOE también llamará a los otros grupos de la oposición.

Esta “mesa” estará liderada por la nueva portavoz socialista en la Cámara baja, Margarita Robles. Su homólogo en el Senado será Ander Gil. Exmagistrada del Supremo y sin carnet socialista, Robles formó parte del grupo de 15 diputados (ocho del PSOE, siete del PSC) que desobedecieron el mandato adoptado en el comité federal y votaron en contra de la investidura de Rajoy en lugar de abstenerse. Ahora, entre otras funciones asociadas a su condición de portavoz, deberá velar por el cumplimiento de la disciplina entre los 84 parlamentarios socialistas. Puente no vio ningún impedimento. “Las circunstancias en las que se produjo esa indisciplina fueron absolutamente excepcionales”, dijo.

CITA CON RAJOY

A pesar de sus renovados ataques al PP (“lo corrompe todo, incluida la Constitución”, dijo en su discurso del pasado domingo), Sánchez quiere verse con Rajoy. Desde las primarias de hace un mes, el único contacto entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición ha sido una breve conversación telefónica en el que este le trasladó su apoyo frente al referéndum independentista en Cataluña. “Estamos a la espera de que el presidente convoque cuanto antes al líder del PSOE para tratar asuntos de gran importancia”, señaló Puente.