“Sabemos que el resultado de la suma de PSOE y Ciudadanos no es suficiente para conseguir el cambio. También sabemos que el resultado de la suma del PSOE y otras fuerzas de izquierda tampoco alcanza lo suficiente. La solución está en las manos de los 350 diputados aquí presentes. Las manos de los socialistas están aquí hoy tendidas”, ha dicho Pedro Sánchez este martes en el Congreso, al final de su primer discurso de los dos de investidura que llevará a cabo esta semana. Pero el principal destinatario de la intervención del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno no ha sido el arco parlamentario al completo, sino los 69 diputados de Podemos y sus satélites territoriales, a quienes ha pedido“mestizaje ideológico” porque “la izquierda no suma”.

Con los 130 votos a favor que ha logrado gracias a su pacto con Ciudadanos, Sánchez no puede llegar a la Moncloa. Gran parte de su discurso ha ido dirigido al partido de Pablo Iglesias, que hasta ahora no se ha movido del rechazo al líder del PSOE al considerarse“incompatible” con su acuerdo con Albert Rivera. El eje de izquierda y derecha no es el idóneo para superar el actual bloqueo político, ha sostenido Sánchez, que lo ha sustituido por la palabra “cambio”. Su tesis es que todos los grupos parlamentarios, salvo el PP y los independentistas catalanes de ERC y Democràcia i Llibertat, deben unirse y apoyar su investidura. La suma que propone engloba a la mayoría de los votantes. “Dieciocho millones de españoles esperan un Gobierno distinto”, ha insistido Sánchez.

NI “IMPOSICIONES” NI “CHANTAJES”

“Hoy, en esta Cámara, hay una amplia mayoría que defiende, desde diferentes sensibilidades, un cambio de Gobierno, un cambio de las políticas que se han impuesto y un cambio en las formas de Gobernar”, ha señalado Sánchez poco antes de detenerse, sin citarlo, en Podemos, que insiste en un Gobierno de coalición, con Iglesias de vicepresidente, y suspendió sus incipientes conversaciones con el PSOE cuando este cerró su acuerdo con Ciudadanos. “El vehículo del acuerdo se paraliza con las imposiciones, con el chantaje y con el abandono de la mesa de negociación. No nos vale la imposición, el chantaje y el abandono. Necesitamos ceder, entendernos y sobre todo ilusionarnos por el cambio”, ha dicho el aspirante a la Moncloa, quien también se ha detenido en el conflicto territorial en Cataluña.

Tal y como publicó EL PERIÓDICO, Sánchez ha abogado por un “nuevo entendimiento” entre la autonomía y el resto de España, comprometiéndose a reactivar la comisión bilateral Estado-Generalitat, que no se reúne desde el 2011, y a impulsar una reforma de la Constitución en un sentido “federal”, palabra que no aparece en su pacto con Ciudadanos. “Respecto a este punto, propondremos incorporar la denominación de las comunidades y ciudades autónomas, garantizar la igualdad entre españoles, determinar las competencias del Estado y las autonomías, establecer los principios de financiación autonómica y convertir al Senado en una verdadera Cámara territorial”, ha dicho.

En un discurso de algo más de una hora y media, Sánchez ha descartado tanto la “gran coalición” con el PP como el “Gobierno de izquierdas” que propone Podemos. “Se ha creado una falsa esperanza. Vamos a hablar claro. A muchos votantes socialistas, nada les gustaría más que un Gobierno que aglutinara a las principales fuerzas de izquierda. Y creo que a una buena parte de los votantes de Podemos les ocurre lo mismo. Pero es absurdo llegar allí. No hay mayoría suficiente en este Parlamento para sumar un Gobierno de izquierdas. No suma. La izquierda no ha conseguido en estas elecciones el número de diputados suficiente para conformar un Gobierno de un único color político”, ha dicho Sánchez, para quien la única salida pasa por apostar por el “mestizaje ideológico”. Iglesias, mientras tanto, negaba con la cabeza.

Sánchez ha dedicado unos 20 minutos a explicar su acuerdo con Ciudadanos, alabando la “valentía y coraje” de Rivera. Tras explicar las medidas más importantes del pacto, ha dicho en varias ocasiones: “Todo esto lo podemos poner en práctica a partir de la próxima semana”. Sin embargo, no se ha detenido en una de las disposiciones de la alianza que para el PSOE ha sido más difícil de digerir: el fin de las diputaciones. El candidato llevaba escritas un par de menciones sobre la eliminación de estos organismos. Pero las ha obviado en un pleno en el que han estado presentes gran parte de los presidentes autonómicos y líderes territoriales socialistas. Muchos de ellos son ardientes defensores de las diputaciones.

LOS "OBJETIVOS"

El secretario general del PSOE fracasará previsiblemente en laprimera votación de su investidura (se requiere mayoría absoluta) de este miércoles, día en el que también intervendrán los grupos parlamentarios. El viernes se enfrentará a un nuevo debate y a una nueva votación, en la que se necesita mayoría simple. Tampoco se prevé que sea investido, aunque los socialistas insisten en que, aun difícil, es “posible”.

Sin embargo, pase lo que pase, el candidato cree que ya ha“conseguido los objetivos” que se propuso cuando aceptó la propuesta del Rey para intentar llegar a la Moncloa. “Primero, ante los españoles. Pretendíamos dejar clara nuestra firma voluntad de trabajar por un cambio de la política española”, ha explicado. “En segundo lugar, ante los diputados, sean del partido que sean. Nos proponíamos extender la mano a todos los que compartan alcanzar un cambio de este Gobierno. Hemos predicado con el ejemplo”, ha continuado. “Y en tercer lugar, ante el Rey, Felipe VI, y ante el resto de las instituciones del Estado. Quiero manifestar mi satisfacción porque al dar un paso adelante, y aceptar esta sesión de investidura, hemos resuelto el bloque de la situación política a la que la falta de responsabilidad de Mariano Rajoy nos había llevado”, ha concluido. Al acabar, se ha saludado con un solo dirigente de otro partido politíco: con Rivera.