"En la lucha contra el terrorismo del Daesh, como cualquier otro tipo de terrorismo, no se puede ser observador, o se está o no se está". Así de tajante ha sido el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ante la decisión del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de acudir a la reunión convocada este jueves en la Moncloa pero no suscribir el pacto antiyihadista impulsado por PP y PSOE.

En el marco de un coloquio informativa en Córdoba, Sánchez ha confiado en que en dicho pacto "entren todas las fuerzas políticas y sea firmado también por aquellas que, ahora mismo, se han descolgado del mismo".

El dirigente socialista ha recordado que cuando él propuso el pasado febrero al Gobierno "un acuerdo por las libertades y contra el terrorismo yihadista, hubo algunos partidos" que le tacharon "de propagandista y de partidista, pero que hoy firman ese acuerdo", lo cual agradece, pues ese acuerdo, según ha subrayado, surgió "para abrirse al resto de fuerzas políticas".

El pacto, ha insistido, se hace necesario, ya que "el terror del Daesh es una amenaza real", ante la que deben "permanecer unidos todos los demócratas, pues si unidos vencimos a ETA", también se podrá hacer con el Daesh, en base a un acuerdo "para perseguir y detener a las células terroristas".

LA RESPUESTA A FRANCIA

En cuanto a lo que hará si a partir del 20 de diciembre se convierte en presidente del Gobierno, Sánchez ha destacado que la filosofía que marcará las acciones a tomar es la de "la unidad de todas las democracias en el combate contra el terrorismo" y, en este sentido, primero querrá "conocer la propuesta de Francia", para luego ver "si se adecua a las capacidades militares que tiene España". En cualquier caso, ha recordado que "Obama ha dicho que sería un error desplegar tropas en Siria" y "nadie lo está planteando, salvo Albert Rivera", de ahí que, aunque el PSOE nunca se ha opuesto a España forme parte de misiones de paz, Sánchez ha aclarado que "cualquier despliegue de tropas tiene que contar con amparo de la legalidad internacional y ser aprobado por el Congreso de los Diputados".

De todas formas, según ha argumentado, "el desafío contra el terrorismo del Daesh es en un 80%, sobre todo, una lucha de inteligencia", de modo que "hay que caminar hacia una Agencia Europea de Inteligencia", que ha definido como "una suerte de FBI europeo", a la que habrá que sumar "la cooperación judicial y policial", y "abrir un diálogo para, desde la política, poner fin a la guerra civil en Siria", cortando también "el grifo de la financiación y del tráfico de armas al Daesh".

Este, según ha resaltado, "es un combate que deben liderar los servicios de inteligencia" y fortalecer las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE), pero manteniendo la cooperación al desarrollo, pues con todo ello se combate al terrorismo, respecto al que "no hay espacio para ideología ni religión, solo es barbarie". Por eso, "hay que separar el islam y el terrorismo del Daesh, que atenta sin distinción alguna".