Entre las palabras más repetidas este domingo por Patxi López, durante su presentación como candidato a liderar el PSOE, están“unidad” e “izquierda”. En un momento en el que los socialistas se encuentran profundamente divididos, el exlendakari, el primero en dar oficialmente el paso hacia una carrera que se resolverá en las primarias de mayo, ha resaltado que su opción no es divisiva. El mensaje contrasta con la figura de Susana Díaz, la otra gran favorita para postularse para la Secretaría General, cuya trayectoria en los últimos tiempos, sobre todo a raíz de la caída de Pedro Sánchez y la posterior abstención ante el PP para evitar elecciones, despierta entre las bases tantas filias como fobias.

El de López es un caso distinto, algo que puede jugar a su favor, tanto como el hecho de que el dirigente vasco, a diferencia de la presidenta de Andalucía, tiene un escaño en el Congreso. El exlendakari aspira a concitar el apoyo de todos los que apoyaron a Sánchez hasta su dimisión, pero también ir más allá, con un proyecto, ha señalado, que sea “de izquierda exigente”. En su puesta de largo como futuro candidato ha abogado por una “vuelta al socialismo” y por no cambiar en ningún caso la relación con el PSC, en un momento en el que esta se encuentra discutida, hasta el punto de que parte del PSOE aboga porque los socialistas catalanes no voten en las primarias. “Si alguien quiere plantear eso, yo me opondré radicalmente a esa decisión”, ha dicho López, cuyo primer acto con la militancia será la semana que viene en su pueblo, Portugalete.

"EL VINO ES AHORA AGUA"

“Quiero proponer un nuevo proyecto que dé certeza y seguridad vital, construido sobre bases sociales. Lo primero es volver al socialismo. Mi proyecto es la socialdemocracia sin matices y con claridad. El proyecto socialdemócrata se ha camuflado en Europa. Se ha echado tanta agua al vino para dejar de ser vino y pasar a ser agua. Tenemos que volver a los principios clásicos del socialismo: defender las libertades y luchar contra la desigualdad y por la libertad”, ha explicado López. Si él alcanza el liderazgo, y tiene posibilidades de alcanzarlo gracias a su tirón entre las bases y el simbolismo que tiene su figura como primer y único lendakari no nacionalista, el PSOE “será un partido de izquierda exigente, no de una izquierda analgésica de las políticas de la derecha”.

Porque el dirigente vasco, ha recordado él mismo, estuvo en contra de la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Defendió el voto en contra en los organismos internos, pero una vez que su posición salió derrotada, lo aceptó y cumplió con la disciplina de voto, a diferencia de ocho diputados del PSOE y los siete del PSC. “Sinceramente, creo que fue un error. Pero lo acepté. Ahora el PSOE tiene que recuperar su espacio”, ha explicado, sin concretar qué cambios en el modelo de oposición imprimiría respecto al enfoque de la actual gestora, basado en arrancar compromisos sociales al Gobierno central e intentar derogar las leyes más controvertidas del PP.

“Nuestra prioridad será recuperar la unidad. No podremos salir del congreso siendo vencedores o vencidos. Nuestros adversarios no están dentro del partido, sino fuera”, ha incidido antes de defender el mantenimiento de los vínculos con los socialistas catalanes. “No entiendo un PSOE sin el PSC. Ese sería el peor de los mensajes que podríamos lanzar al país. No entiendo ser elegido sin que los socialistas catalanes participen en la elección. Si alguien quiere plantearlo, yo me opondré radicalmente”, ha dicho. El equipo del exlendakari aspira a lograr un gran resultado en Catalunya, donde se concentran más de 17 mil afiliados socialistas, el segundo mayor número de España tras Andalucía, donde en principio Díaz, que por el momento no se ha presentado, vencería con claridad.

SIN "ETIQUETAS"

Después de que el comité federal aprobase este sábado el calendario orgánico del PSOE (congreso para alumbrar un nuevo proyecto el 17 y 18 de junio y primarias tres semanas antes, a finales de mayo), López llamó a todos los líderes territoriales, a los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González y también al propio Sánchez, cuyas posibilidades de volver a liderar el PSOE, ya de por sí escasas, son ahora mucho menores. Casi todos sus antiguos apoyos se han pasado a la candidadura del exlendakari. Entre otros, quien fue su portavoz en el Senado, Óscar López, que ejercerá de jefe de gabinete.

“Yo rechazo etiquetas: sanchismo, patxismo, susanismo… Todos somos socialistas, aunque podemos defender ideas distintas en algunas cuestiones”, ha concluido López.