Los grupos políticos se embarraran en críticas cruzadas por la discutible oportunidad de reabrir debate de la prisión permanente revisable en medio de la conmoción social causada por el asesinato del pequeño Gabriel en Níjar. La controvertida ley se abordará el jueves en el pleno del Congreso, pero este martes los partidos se atizaron a cuenta de la conveniencia de espolear un análisis tan espinoso con el ánimo todavía dolido y ante una opinión pública desbordada por la atrocidad del crimen.

En este contexto, los partidos se acusan mutuamente y calculan pros y contras del debate en pleno. El PSOE, Unidos Podemos, el PNV e incluso el PP, señalan a Ciudadanos. Albert Rivera reactivó la polémica sobre una ley que el PP aprobó en el 2015 con mayoría absoluta y que la oposición al completo recurrió ante el Tribunal Constitucional (TC) por meros intereses partidistas. La desbloqueó el mismo día que desapareció Gabriel, en una atmósfera pública ya enrarecida tras la detención de ‘El chicle’ como presunto asesino de Diana Quer.

Ciudadanos reactivó ese 27 de febrero una vieja iniciativa del PNV para derogar la prisión permanente revisable, al negarse a seguir sumando fuerzas con el PP para mantener en el congelador algunas propuestas. La decisión de Rivera de romper amarras con los populares y disputarles el voto conservador tiene como consecuencia la activación de propuestas como la derogación de la ‘ley mordaza’ pero también el debate de la prisión permanente revisable.

El PSOE considera que la actitud de Rivera solo se entiende por puro “cálculo electoral” y le critica por “aprovechar el dolor de las víctimas”, como Gabriel o Diana Quer. Su portavoz parlamentaria, Margarita Robles, habló desde el malestar no solo contra Cs, sino también contra el PP, por doblar la apuesta de los naranjas: si Rivera pasa de pedir la derogación de la ley a proponer medidas para dificultar el tercer grado penitenciario, los populares plantean ahora cinco supuestos más en la que sería aplicable esta pena.

Acuerdo tácito

Desveló Robles dos informaciones. Que ella misma y su homólogo en el PP, Rafael Hernando, habían acordado tácitamente no llevar al pleno el debate de la prisión permanente revisable hasta que el TC se pronuncie. Ahora que Rivera lo lleva a tribuna, la portavoz recrimina a los populares que enmienden al alza su texto con interés electoral.

Y dos. Admitió que en la reunión del grupo socialista este mismo martes se “debatió” sobre la escasa oportunidad de reabrir la polémica ley y sobre las consecuencias que puede tener en un PSOE que esperaba respirar tranquilo con el balón de oxígeno aportado por las movilizaciones sociales (pensiones y feminismo). No es que los diputados se cuestionen la posición fijada por la dirección, pero mostraron su preocupación por el impacto que este debate pueda tener en el partido en medio de la conmoción pública por el asesinato de Gabriel.

Controversia de Hernando

Al PP le llovieron críticas no solo por aprovechar el órdago de Ciudadanos para endurecer su propio texto vía enminda, sino por la actitud de su portavoz en la capilla ardiente de Gabriel. Hernando aprovechó sus intervenciones ante la prensa para pedir a los partidos que “reflexionen” sobre la prisión permanente revisable para que la ley "caiga con toda la fuerza con la que tiene que caer sobre personas como la asesina de Gabriel Cruz".

El dirigente popular apostó por no esperar a que el TC resuelva y dio por muerto el acuerdo tácito con el PSOE para frenar cualquier debate hasta que el Tribunal decida. Alegó que es una “excusa” de algunos partidos. El PP señala al PNV -promotor de la iniciativa en la legislatura anterior- como responsable de dar vida al debate y a Cs por haberla desbloqueado ahora.

Unidos Podemos ve con buenos ojos que el Gobierno convoque un referéndum sobre la prisión permanente revisable para que la ciudadanía decida.