Pablo Iglesias niega que Podemos haya virado al centro para ampliar el abanico de votantes, como ha recriminado el exnúmero tres del partido, Juan Carlos Monedero, antes y después de su salida. Iglesias, en una entrevista a Cuatro, ha admitido que se ha equivocado en algunas decisiones, pero ha atribuido estos errores a su inexperiencia en la esfera política profesional, y no a un viraje estratégico inadecuado.

"Hemos podido cometer errores, pero hemos madurado mucho en los últimos meses", ha explicado Iglesias, que ha negado que ello conlleve una deriva ideológica. "No nos hemos moderado", ha dicho, "otra cosa es que las propuestas sean de sentido común", y ha abundado en el razonamiento de que las instituciones tienen unas competencias limitadas.

El líder de Podemos ha quitado hierro a la cascada de críticas vertidas por Monedero en diversos medios de comunicación y ha negado rotundamente que su exnúmero tres se refiriese al actual número dos del partido, Íñigo Errejón, cuando atacaba a los "generales mediocres" de Podemos.

NO SE CORTA LA COLETA

Iglesias ha argumentado que es necesario "asumir las contradicciones de la política" y ha advertido de que "a veces hay que tomar decisiones difíciles". "Somos enormemente pragmáticos" ha dicho, idea que ha anunciado piensa aplicar en cuestiones de calado como los pactos y en otras más banales, como la indumentaria.

En este terreno, Iglesias ha reconocido lo poco que le gusta llevar corbata, pero que se la pondrá. "Me pongo corbata muy pocas veces y me sienta regular. No me gusta", ha confesado, y ha anunciado que no está dispuesto a cortarse la coleta aunque consiga convertirse en presidente del Gobierno.

El secretario general de Podemos ha vuelto a reivindicar su origen humilde, del barrio de Vallecas (Madrid), y ha sugerido que los diputados autonómicos elegidos el 24-M deberían parecerse más "a la gente normal, de la calle".