El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha pedido este martes a los diputados católicos que voten "en conciencia" la propuesta de reforma de la ley del aborto que se debate esta tarde en el Congreso de los Diputados.

Preguntado, en rueda de prensa, sobre la reforma de la ley del aborto que se debate hoy en el Congreso y que ha recibido las críticas de algunos diputados del PP que creen que la interrupción voluntaria del embarazo no debe ser un derecho, Gil Tamayo ha subrayado que los representantes políticos deber ser coherentes con lo que les dicta su conciencia.

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Manifestación en Madrid contra el giro del PP en la ley del aborto.

"Creo que toda persona debe votar en conciencia. Un diputado no es un engranaje de una maquinaria sin más, no se despersonaliza a la hora de ejercer la representatividad que le han otorgado sus votantes, conserva también su conciencia y, sobre todo, el principio de la coherencia", ha destacado el secretario general de la CEE.

En este sentido, Gil Tamayo se ha remitido al documento hecho público el pasado mes de octubre por la CEE tras la retirada de la reforma de la ley del aborto que elaboraba el exministro de JusticiaAlberto Ruiz Gallardón en el que censuraban la renuncia del Gobierno a modificar la normativa vigente "en aras de supuestos cálculos políticos".

Asimismo, ha asegurado que la Iglesia "no entra en negociación" en el tema del derecho a la vida "porque no es negociable". "Con este Gobierno, con los que vengan o con los que haya habido, es un punto inamovible de la doctrina de la Iglesia", ha destacado.

Gil Tamayo ha afirmado que la postura de la Iglesia sobre el aborto "no ha cambiado un ápice" y ha insistido en que no se puede legitimar la muerte de un inocente.

Además, el portavoz de la CEE ha instado al Tribunal Constitucional a pronunciarse sobre la inconstitucionalidadde la ley vigente.

"Nos sigue sorprendiendo la tardanza del TC", ha criticado Gil Tamayo, quien ha advertido de que los retrasos no favorecen la Justicia y ha reclamado que "de una vez" y "después de todo este tiempo de espera injustificable", el TC se pronuncie sobre este respecto.

Ha defendido que el aborto no es solo una cuestión política, sino una cuestión de humanidad y que la voz no puede ser solo del ámbito político y legislativo, sino el de una sociedad civil en el que la Iglesia "no hace una intromisión política", sino que muestra las claves de humanidad.

Ha valorado que se "integre" a los padres de las menores en una cuestión que -ha dicho- es siempre difícil y traumática para la mujer, pero ha lamentado que la propuesta de reforma presentada por el PP, "aunque no sea explícitamente, considera como un derecho el derecho a matar a un inocente en el vientre de su madre".