Tras escuchar a los acusados arrepentidos y al propio Francisco Correa, el juicio del 'caso Gürtel' entra este lunes en una nueva fase en la que comienzan a declarar ante el tribunal los que fueron empleados del cabecilla de la trama. Abrirá el turno su 'número dos', el exsecretario de organización del PP gallego Pablo Crespo, la persona que logró que su exjefe rectificara el motivo por el que dejó de organizar todos los actos que hacía para el partido cuando Mariano Rajoy asumió la presidencia. Correa, que en un principio anunció que era por "la falta de química" existente entre Crespo y el actual presidente del gobierno, al día siguiente aseguró que había sido por la contratación de Antonio Cámara, hombre de confianza de José María Aznar y que se llevaba mal con "mucha gente" el partido.

Crespo tiene la intención de responder con "concisión y exactitud" a las preguntas que le dirija la fiscal del caso Concepción Sabadell, pero, a diferencia de Correa, sin pronunciarse sobre hechos que se investiguen en otras piezas del caso, lo que apunta a que vetará cualquier posibilidad de ahondar en el reparto de comisiones declarado durante tres días por el cabecilla de la trama. En cualquier caso, Correa tuvo buen cuidado en exculpar a sus empleados, salvo aFelisa Isabel Jordán, y precisar que él era el único que hablaba y tenía relación con políticos; que era él quien les entregaba sobres en mano y quien les obsequiaba con regalos. Lo que pudieran haber hecho ilegal, fue por instrucción suya, vino a decir el principal acusado.

Crespo, que se enfrenta a una petición fiscal de 85 años y medio de cárcel, sólo tendrá que mantener esta versión de la declaración de Correa que le desvincula de las prácticas corruptas de la trama, juzgada por enriquecerse mediante la entrega dádivas y comisiones a responsables del PP a cambio de adjudicaciones de obras públicas en las administraciones controladas por este partido.

REAPERTURA DEL CASO DE LA CAJA B

Fuentes próximas a Crespo confirman que el lugarteniente de Correa no tenía tratos con los políticos y que con el extesorero del partido Luis Bárcenas su relación era únicamente para cobrar los actos y eventos que sus empresas organizaban para el PP. Además, su intención es no responder a preguntas que puedan tener repercusión en otras piezas del caso, aún pendientes de juicio, por lo que es difícil que responda en la misma línea que Correa sobre las comisiones pagadas por empresarios afines al PP para lograr contratos públicos, porque eso correspondería a la causa de los 'papeles de Bárcenas', en la que se investiga al caja B del partido.

De hecho, la declaración del principal acusado ya ha llevado a las acusaciones a solicitar la reapertura de esta pieza, cuya instrucción se daba ya por concluida, para que declaren como imputados los empresarios identificados por Correa, como Juan Miguel Villar Mir, de OHL, o el también acusado en este caso, Alfonso García Pozuelo, de Constructora Hispánica.

Y eso que en 2013, Crespo admitió a Jordi Évole, en el programa 'Salvados', que había entregado sobresueldos no declarados a políticos gallegos del PP. Previsiblemente por estos hechos ni siquiera será interrogado, porque quedan fuera del procedimiento donde se investigan las prácticas realizadas por la Gürtel durante su primera época, entre 1999 y 2005.

La fiscalía Anticorrupción imputa a Crespo los delitos de asociación ilícita, fraude continuado a las Administraciones Públicas, cohecho activo continuado, falsedad continuada, malversación de caudales públicos continuado, continuado de malversción en concurso con deilto de prevaricación continuada, delito contra la Hacienda Pública por el concepto de IRPF de 2003 y 2004, blanqueo de capitales, tráfico de influencias continuado, continuado de fraudes y exacciones ilegales a las Administraciones.