«Los que no nos hemos tomado la pastilla no entendemos su mundo, el de una república que no existe y que piensa que puede gobernar por Skype o Whatsapp; el nacionalismo choca con el principio de realidad», ha clamado Albert Rivera. Dando por acabado a Puigdemont, ha considerado que el líder de Junts per Catalunya «vive en Matrix» y que «forma parte del pasado».

Miquel Iceta tampoco quiere oír ni tan siquiera hablar de esta posibilidad. «El presidente tiene que residir en el país», algo que a su entender se aplica tanto en Cataluña como a «Burkina Faso, Canadá, Italia y Polonia». «Creemos que no se tendría que haber ido», ha reflexionado el líder del PSC, que espera que la legislatura catalana «no se vea hipotecada por procedidimientos». «El voto telemático solo es cuando un diputado no se puede desplazar a un pleno -ha recordado el primer secretario socialista-. Para la investidura, el candidato tiene que tener un debate con el resto de grupos parlamentarios. No puede haber investidura telemática ni president telemático ni holográfico».

Para el PP la idea de que Puigdemont esté presente en el Parlamento en forma de plasma es una posibilidad «surrealista». «En todos los reglamentos se exige la presencia de quien va a ser investido», ha recordado Martínez-Maíllo. El coordinador general del PP ya ha avisado que su formación recurrirá «lo que haya que recurrir» para evitar esta posibilidad. Y es que, como ha advertido, tanto si se fuerza una interpretación del reglamento del Parlamento como si se aprueba su reforma para introducir esa posibilidad «se cometerá una nueva ilegalidad».

De cara a las constitución de la Mesa del Parlament, Iceta ha apuntado que no tendrían inconveniente en votar a favor de que el diputado de Ciutadans, José María Espejo-Saavedra, fuera el nuevo presidente de la Cámara catalana. Le ha recomendado, eso sí, al partido naranja que hable con el resto de partidos para intentar recabar los apoyos necesarios, teniendo en cuenta que los independentistas tienen mayoría.