La misa corpore insepulto oficiada en la basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por el infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias ha reunido hoy a Felipe VI, la Reina Letizia, don Juan Carlos, doña Sofía y las hermanas del Monarca, las infantas Elena y Cristina.

Es la primera vez que doña Cristina coincide en un acto público con los Reyes desde el pasado 8 de junio, cuando don Felipe y doña Letizia asistieron al funeral ortodoxo por Kardam de Bulgaria en la iglesia madrileña de San Jerónimo el Real, a la que acudieron también los Reyes Juan Carlos y Sofía y la infanta Elena.

La misa ha estado precedida, en el exterior del Real Monasterio, por una solemne ceremonia en la que el féretro con los restos del infante, primo del Rey Juan Carlos fallecido el pasado lunes a los 77 años, ha sido trasladado hasta el interior de la basílica, custodiado por la Guardia Real.

Cubierto con una bandera nacional, sobre un armón de artillería, el ataúd ha desfilado por la gran explanada del monumento ante un batallón de honores de la Guardia Real, mientras se interpretaba una marcha fúnebre, en presencia de los Reyes Felipe y Letizia, del ministro de Justicia, Rafael Catalá, del prior del monasterio, Modesto García y de la viuda, Ana de Francia.

Los Reyes, que antes habían saludado afectuosamente a todos los miembros de la familia, incluidos los nietos, han acompañado después al cortejo fúnebre, ya con el féretro portado a hombros por un piquete de diez guardias reales, hacia el interior del recinto, pasando por el Patio de los Reyes.

Dentro de la basílica les esperaban, junto a casi dos centenares de asistentes, don Juan Carlos y doña Sofía, que ocupaban un sitial adelantado a la primera fila de bancos.

Detrás de ellos, las hermanas de Felipe VI, que habían llegado juntas en el mismo automóvil, antes que sus padres y su hermano.

Doña Elena y doña Cristina -en su primera aparición pública desde que se fijó fecha para la vista oral por el caso Nóos en el que será juzgada junto a su marido, Iñaki Urdangarin- han sido recibidas por el jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, almirante Juan Ruiz Casas, y dos hijos del infante, Pedro y Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

Antes de entrar en la basílica, el prior ha ofrecido a los Reyes agua bendita y un "lignum crucis", y en su interior les ha recibido el arzobispo castrense, Juan del Río, encargado de oficiar la misa, que don Felipe y doña Letizia han seguido desde un lugar de honor, a la derecha del altar mayor.

Entre los asistentes figuraban aristócratas, empresarios y amigos de la familia del infante don Carlos, cuya capilla ardiente estuvo ayer instalada en la llamada iglesia Vieja del mismo monasterio, a la que acudieron don Juan Carlos -estrechamente vinculado a su primo desde la infancia- acompañado de doña Sofía y la infanta Elena.

Así, han acudido a la misa la infanta Margarita y su esposo, Carlos Zurita; el duque de Aliaga, Alfonso Martínez de Irujo; Luis Alfonso de Borbón y su esposa, Margarita Vargas; la viuda de Kardam de Bulgaria, Miriam de Ungría; su hermano, el príncipe Konstantin y su esposa, María García de la Rasilla, así como el empresario Juan Abelló y su mujer, Ana Gamazo.

Al término de la misa, don Juan Carlos y doña Sofía se han acercado a los familiares del infante para darles el pésame, al igual que han hecho los Reyes Felipe y Letizia.

Tras la ceremonia fúnebre, los restos de don Carlos serán depositados en el llamado "Pudridero" de Infantes, donde permanecerán unos 25 años hasta pasar a su sepultura definitiva en el Panteón de Infantes.

Allí hay un centenar de infantes enterrados, el último de los cuales fue el padre de don Carlos, el infante Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, trasladado en 2004 desde el Pudridero, donde todavía permanecen el infante don Jaime, la infanta Isabel Alfonsa y el infante Luis Alfonso de Baviera.