Casi 1.000 empresas han trasladado su sede fiscal fuera de Cataluña desde octubre hasta los primeros días de noviembre, según datos de la Agencia Tributaria. De las casi 2.500 empresas que, según datos de los registradores mercantiles, han trasladado su sede social fuera de Cataluña, un millar de ellas ha sacado fuera también su sede fiscal, según datos de la administración tributaria.

Cambiar de sede fiscal no solo implica dejar de pagar determinados impuestos en un territorio (no es el caso del impuesto de sociedades, que es estatal). Además, decidir trasladar a otro territorio el domicilio fiscal conlleva un arrastre de medios humanos y materiales (con las consecuencias que eso puede tener sobre la actividad y el empleo), pues la Agencia Tributaria exige (y comprueba) que esta sede coincida con el lugar en el que esté «efectivamente» centralizada su gestión administrativa y la dirección de sus negocios. Las primeras empresas en anunciar el traslado de sede fiscal fueron algunas como CaixaBank, Criteria, Banc Sabadell y Gas Natural.

El traslado de sede fiscal es especialmente importante para las empresas que quieren evitar el boicot de los consumidores del resto del país. Según la normativa tributaria, en las facturas emitidas por las empresas debe figurar su domicilio fiscal, no el social. Por tanto, cambiar la sede social no basta para una empresa que quiera esquivar el boicot de determinados consumidores a productos catalanes si en sus facturas sigue apareciendo una dirección de esta comunidad autónoma.

El domicilio social es «el lugar en que se halle el centro de su efectiva administración y dirección, o en el que radique su principal establecimiento o explotación», según la ley de sociedades de capital. Debe constar en el Registro Mercantil. Podría equipararse a donde reside la empresa o, al menos sus órganos de gobierno. El domicilio fiscal, por su parte, es el que se determina para recibir las notificaciones de la Administración y se relaciona con Hacienda y la Seguridad Social. La decisión del cambio de sede fiscal de la empresa no deja rastro en ningún registro público, si bien es preciso comunicarlo a la Agencia Tributaria. Banco Sabadell, por ejemplo, ha trasladado su sede social a Alicante mientras que ha optado por Madrid para su nuevo domicilio fiscal.

PÉRDIDA DE PESO / El traslado de las sedes fiscales fuera de Cataluña, en especial el de las empresas más grandes que han acometido el traslado, ha sido determinante para disminuir el peso de la facturación de empresas catalanas respecto del total.

En particular, la Agencia Tributaria ha detectado una caída en el peso que representa la facturación de las empresas incluidas en el Suministro Inmediato de Información del IVA (SII) con domicilio fiscal en Cataluña con respecto al total nacional de empresas incluidas en el SII (territorio común IVA). La participación de ventas declaradas por empresas domiciliadas en Cataluña ha caído casi tres puntos porcentuales en la segunda quincena de octubre frente a la primera, al pasar de un peso medio diario del 22,4% en la primera quincena, a un peso medio diario del 19,6% en la segunda quincena de octubre.

Este descenso se percibe especialmente en algunos sectores económicos, caso de energía, agua y construcción (cerca de 20 puntos de caída), y del financiero y seguros (-4 puntos), donde se han producido los traslados de algunas de las empresa más grandes del país. De las alrededor de 50.000 empresas acogidas al SII, que se implantó en julio, alrededor de 12.500 están domiciliadas en Cataluña, hasta finales de octubre.