Representantes de todos los grupos políticos vascos secundaron ayer en Ermua (Vizcaya) el homenaje organizado por el ayuntamiento de este municipio al edil del PP de esta localidad Miguel Angel Blanco, cuando se cumplen 20 años de su secuestro y posterior asesinato por parte de ETA.

El acto, que fue presidido por el alcalde, el socialista Carlos Totorika, contó, entre otros, con la presencia del exlendakari Patxi López; la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia; la presidenta del PNV de Vizcaya, Itxaso Atutxa; el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, y los representantes de EH Bildu Maddalen Iriarte, Peio Urizar y Julen Arzuaga.

También acudió la secretaria general de Podemos Euskadi, Nagua Alba; el portavoz de UPyD, Cristiano Brown; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier de Andrés; el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra; y la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria.

Durante el acto, los asistentes dejaron una rosa roja junto al monumento a las víctimas del terrorismo creado en Ermua por el artista vasco Agustín Ibarrola.

En su intervención, el alcalde de Ermua explicó que ETA debe ahora disolverse, y la banda terrorista y la izquierda abertzale «tienen que criticar y condenar su pasado y afirmar que aquello estuvo mal», porque «la verdad histórica es que con la violencia acabaron con la vida de muchos y la libertad de quienes no pensaban como ellos».

«ETA DEBE PEDIR PERDÓN» / También dijo que ETA debe pedir perdón a las víctimas y a sus familiares y «criticar, además, el motivo por el que utilizaron la violencia».

El alcalde aseguró «que no es posible la convivencia si se siembra odio, sobre todo entre los más jóvenes», lo que seguirá ocurriendo «si se considera héroes a los etarras, aunque sea en la intimidad, y antivascos a quienes no somos nacionalistas».

En su intervención, Totorika hizo un repaso a la situación que se vivía en Euskadi antes del asesinato de Blanco, cuando ETA había matado a más de 800 personas y mantenía «junto con Herri Batasuna un Estado paralelo, una red mafiosa que controlaba en Euskadi todos los pueblos, colegios, magistratura...».

«NOS PUSO CONTRA LAS CUERDAS» / «Ese Estado paralelo fue una institución muy poderosa, que nos puso contra las cuerdas a la sociedad civil y que ejercía presión mediante carteles amenazadores, pintadas en una diana, amenazas verbales, quema de coches y casas y se extendía por todos los pueblos», aseguró.

Totorika, que era el alcalde de Ermua cuando ETA mató a Blanco, apuntó que, aunque estaba convencido de que tras el secuestro de este joven de 29 años las posibilidades de que fuera liberado eran «escasas», era necesario «exigir su liberación a ETA y llamarles asesinos a la cara, abiertamente». Con el asesinato de Blanco, según manifestó durante el acto de homenaje, «ETA se equivocó», porque «no podía suponer que la respuesta de la movilización popular», que nació en Ermua y se extendió al resto de España, «iba a ser tan importante».

«Con estas movilizaciones, se derribó el muro de la indiferencia y del miedo. A partir de entonces, cada asesinato provocó movilizaciones, y ETA salió debilitada y el Estado de Derecho fortalecido», destacó ayer Totorika.

Por su parte, el presidente del PP de Euskadi, Alfonso Alonso, consideró que «sobraba» la presencia del parlamentario de EH Bildu, Julen Arzuaga, en el acto de homenaje. Alonso acusó a Arzuaga de haber ido «a lavar su imagen. El día en que secuestraron a Blanco no pidió su liberación; el día en que lo mataron, aplaudió al asesinato; defendió a su asesino y sigue defendiendo la causa por la que le mataron.