Pasqual Maragall acudió a entrevistarse con el rey Juan Carlos en la Zarzuela durante la segunda quincena de noviembre --en una fecha que las fuentes consultadas no quieren precisar--, para tranquilizar al Monarca sobre las intenciones últimas del Estatuto catalán. En esos días arreciaba la ofensiva del PP sobre la inminente ruptura de la unidad de España y algunos medios se habían hecho eco de una presunta inquietud del Rey.

Unas semanas antes, el 16 de octubre, se había producido una desagradable discusión entre Maragall; el ministro de Defensa, José Bono; el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra; y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, socialistas los dos primeros y conservador el tercero, durante una recepción en la Embajada de Portugal en Madrid, en presencia del Rey. El expresidente catalán Jordi Pujol tuvo que intervenir en defensa de Maragall.

La visita a la Zarzuela es una de las actividades del presidente de la Generalitat de Cataluña que se encuadran en lo que puede llamarse su agenda secreta de reuniones y gestiones para desencallar el Estatuto, la mayoría de las cuales no se habían hecho públicas hasta ahora.

EL FACTOR ANDALUZ En esa agenda figura también en lugar destacado un encuentro a solas con el presidente del PSOE y de Andalucía, Manuel Chaves, horas antes de la cena que reunió al presidente José Luis Rodríguez Zapatero con los barones socialistas, el pasado 10 de enero. Maragall logró reconstruir su maltrecha relación con Chaves, que se había deteriorado por una sucesión de malentendidos y declaraciones poco afortunadas, y éste acabó dando su apoyo decisivo al Estatuto catalán, dentro y fuera del PSOE.

CiU ha criticado en los últimos días la falta de protagonismo del president en la negociación estatutaria, y los socialistas argumentan que se ajustó a su papel institucional.

En julio, Maragall presentó a Artur Mas al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Francisco Caamaño, en una discreta reunión celebrada en Barcelona. En esa reunión se abordaron los derechos históricos y se pactó no crear de la discrepancia por este asunto un problema insuperable. Días después, el Consejo Consultivo del Gobierno catalán dictaminaba en contra de que que esos derechos forales figurasen en el Estatuto como reclamaban CiU y ERC.

Y el 29 de diciembre, Maragall celebró otra decisiva reunión con Mas y Caamaño, pero esta vez con la incorporación del portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue en esta reunión en la que se acordó que el término nación fuera en el preámbulo.