A la lista unitaria que persigue Carles Puigdemont le queda una única bala. La de la recámara. Y esa bala no es otra que un eventual apoyo de la Candidatura de Unidad (CUP) al proyecto. Un objetivo quimérico si se piensa en clave de partido, es decir, de alianza entre el PDECat (sobre todo el de Marta Pascal) y los anticapitalistas, pero que coge un poco de aire si se entiende como una maniobra personal del presidente de la Generalitat depuesto y refugiado en Bruselas.

La sociedad española ha estado acostumbrada a lo largo de 40 años a cabezas de cartel electoral que lo eran porque eran líderes de su partido. Y a la identificación entre partido y candidato que, en otros lugares, no es tan pronunciada. Puigdemont llegó como llegó a la presidencia de la Generalitat. No fue elegido por su partido como cabeza de cartel. Ello ha revertido en una forma de hacer propia, sin peajes, y que ha forzado al propio PDECat a seguir su estela para no quedar atrás. Pasó la semana pasada cuando el expresidente se ofreció como candidato de una lista única.

VISITA EN BRUSELAS / Anna Gabriel y Benet Salellas se reunieron ayer con Puigdemont en Bruselas, justo en pleno debate sobre la lista unitaria y cuando el partido que encabeza las encuestas, ERC, afirmó que solo llegará a un pacto con el PDECat si en él se halla la CUP. O una lista o tres, exigen los republicanos.

La visita de los anticapitalistas, oficialmente tan solo para dar testimonio del apoyo cupaire al Govern en el exilio, se produce cuando las dos principales plataformas que reclamaban a favor de una lista civil unitaria (llistaunitaria.cat i respublica.cat) se han fusionado y el propio Puigdemont se ha ofrecido a liderarla, haciéndola menos civil, pero con más peso.

La dinámica de las siglas, sin embargo, sigue teniendo su cuota en la política actual. Por mucho que Puigdemont no represente lo que era Artur Mas, el PDECat sigue teniendo los problemas de imagen que hace años que arrastra. La ahora concejala de la CUP de Barcelona Eulàlia Reguant, en un artículo en El Punt Avui, por ejemplo, señala: «El principal interesado en que la lista unitaria exista es el PDECat, un espacio político en descomposición y en reculada de dudoso independentismo».

CUATRO OPCIONES PARA MAÑANA / La CUP decidirá mañana, en una asamblea que se celebrará en Granollers, entre cuatro opciones. Presentarse sola; no presentarse; concurrir en un frente de izquierdas con ERC, al que los republicanos no se dan por aludidos, y participar en el contexto de una lista civil unitaria. Si gana la cuarta, ERC se verá arrastrada a participar. Y la CUP unirá su destino al del PDECat. 22 meses después de mandar a la papelera de la historia a Artur Mas, el antecesor de Puigdemont, del mismo partido.

En tanto, a la espera de que la CUP se decida, Esquerra Republicana sigue dando pasos unilaterales. Hoy presentará sus listas para el 21-D. Sabido es que Oriol Junqueras será el candidato a la presidencia de la Generalitat y que la principal promotora y organizadora del 1-O, Marta Rovira, será la número dos y candidata efectiva a ser la primera presidenta de la Generalitat, a menos que la justicia abra la mano.

La republicana será una lista muy de Junqueras, cuyos extremos irán de los democristianos de Demòcrates de Catalunya de Toni Castellà al socialismo de Avancem, de Joan Ignasi Elena. Los exconsejeros allegados a ERC que se hallan en prisión o en el exilio formarán parte también de la candidatura y el exsecretario de Hacienda Lluís Salvadó encabezará la lista por Tarragona. Ernest Maragall ocupará una posición simbólica en la lista, que no será el cierre, porque se ha reservado para el politólogo madrileño Ramón Cotarelo.