Durante la investigación de la célula yihadista desarticulada por los Mossos d'Esquadra en abril en Sabadell, los investigadores de la Policía de la Generalitat pusieron en conocimiento del juez de laAudiencia Nacional Santiago Pedraz que dos mandos de la Policía Nacional contactaron con un converso de Mataró para que dijera a los presuntos terroristas que estaban siendo investigados e iban a ser detenidos. EL PERIÓDICO ha entrevistado a ese hombre, manteniendo en secreto su identidad.

-¿Es cierto que contactaron con usted dos policías nacionales?

-A uno de esos policías lo conocía de actos públicos en Mataró. A finales de año estos dos policías se reunieron conmigo para preguntarme sobre un grupo de gente en Terrassa. Me enseñaron unas fotografías, me dieron unas informaciones y me pidieron que si podía hablar con ellos, ya que tenían pensamientos extremistas e ideologías violentas. Me dijeron que los mossos les estaban investigando y que había que persuadirlos y hablar con ellos para que estos pensamientos, estas ideas, no se contagiaran. Y me dijeron que si yo podía hablar con ellos antes de que hubiera detenciones.

-¿Le pidieron que les avisara de que los investigaban?

-Me dieron esta información con la idea de que la utilizara para persuadirlos. Es lo que yo entiendo. Me pidieron también sacar alguna información, matrículas, algún DNI, teléfonos. Yo nunca he sido un colaborador de la policía. Yo nunca me he visto involucrado en estas cosas. Al contrario. La labor que llevamos en la asociación de la que soy miembro es de integración social.

-¿Llegó a plantearse que alertarles de que los Mossos iban tras ellos entorpecería una investigación?

-La verdad es que si me lo hubiera planteado no lo habría hecho. No fui consciente de la gravedad del asunto hasta que empezaron a seguir con un coche a mi mujer.

-¿Le sorprendió que la policía le pidiera ese favor?

-Sabían que en mi comunidad trabajo con los jóvenes. Supongo que vieron que tenía capacidad para persuadirles. Y que, viendo que iba a hacer una buena acción, no me negaría. Yo fui con buena intención, pensando que ayudaría a esos jóvenes.

-¿Tuvo la sensación de que había colaborado en dar unchivatazo?

-No, en ningún momento.

-¿Y ahora? ¿La tiene?

-Creo que he sido utilizado y hemos caído en la trampa de haber advertido a esa gente. Y a lo mejor por culpa de esto se han escapado los verdaderos culpables. No sé.

-Volvamos a Terrassa, ¿pidió a otro converso que le acompañara?

-Sí, el tiene más conocimiento del Islam. Le dije: '¿Por qué no me acompañas? ¿Me han pedido que hable con ellos?' Pero él nunca se reunió con los policías.

-¿Cómo llegó hasta la célula?

-La policía me enseñó la foto de uno de ellos. Al ser converso, enseguida contactas con los que son como tú, porque no hay muchos en Catalunya. No fue complicado dar con ellos.

-¿Cómo fue la reunión?

-Fuimos a una tienda en Terrassa donde ellos estaban reunidos. Intentamos que se quitaran esas ideas de la cabeza, que el Islam no es violencia. Les dijimos que no estábamos de acuerdo con que alguno fuera a luchar o a cometer un acto violento.

-¿Qué más?

-Les dijimos que si seguían con estas ideas iban a tener problemas, que la policía los estaba investigando, que es evidente que la policía está pendiente de quién divulga esas ideas.

-¿Les dijeron que los mossos los iban a detener en tres semanas?

-Bueno. Les dijimos que tuvieran cuidado porque los iban a detener. Incluso, con tal de asustarlos, inventamos cosas como que si iban al aeropuerto los iban a detener, que tenían los teléfonos pinchados... Pero la información que teníamos es la que me dio a mí la policía. Ellos fueron los que me dijeron que los mossos les estaban investigando.

-¿Cuanta gente había?

-Diez personas o más.

-¿Qué les respondieron ellos?

-Que tenían sus ideas, que sabían lo que hacían. Apareció la duda en los rostros de algunos. Pero en general estaban bastante decididos.

-¿Decididos a qué?

-A seguir con sus ideas.

-¿En algún momento los policías nacionales le pidieron que les revelara que había un policía infiltrado?

-No. Esta información no me la dieron. Yo no puedo mentir. Ellos me dijeron que les estaban investigando y que podía haber detenciones por los mossos. Eso sí. Pero que había un policía infiltrado, no me lo dijeron.

-¿Se lo dijo usted para asustarles?

-No. Desde luego que esta información no la teníamos. Si la hubiéramos tenido igual también para asustarlos la hubiéramos dicho.

-Insisto. ¿Les pidieron los dos policías nacionales que les dijeran que los Mossos les investigaban?

-Bueno, ellos nos dieron estas herramientas para utilizarlas para persuadirlos. Se supone que si tu le estás diciendo a uno, al que pides que hable con ellos, que la policía les está investigando, que les van a detener, significa que son las herramientas que tengo que utilizar para el objetivo que me están pidiendo. Y eso fue lo que hice.

-¿Los de Terrassa llegan a hablar de que tienen algún proyecto violento?

-Yo no escuché nada de esto.

-¿Cómo eran las personas que tenía delante en Terrassa?

-En esa reunión había diferentes niveles de compromiso. Había jóvenes a los que por edad y desconocimiento del Islam les habían metido ideas equivocadas en la cabeza. Había otros con otros intereses.

-¿Cómo acabo la reunión?

-Les dimos las advertencias de que no era correcto lo que pensaban. Y ¿cómo acabó? Pues ya lo vimos con las detenciones. Parece ser que sí tenían intenciones de hacer cosas.

-Tras la reunión, los dos policías volvieron a contactarle. ¿Para qué?

-Querían información de cómo había ido, de qué había pasado, de si había podido conseguir algún teléfono, algún DNI, alguna matrícula. Mi trabajo no era ser un confidente de la policía o conseguir información de estos jóvenes. Mi trabajo era conseguir que estos hermanos se quitaran esos pensamientos. Porque vas ahí y ves a uno de 17 años, otro que solo hace cinco meses que es musulmán. Ves que no saben nada del Islam. Que les han lavado la cabeza. En lo último que piensas es en llevar información a la policía.

-¿Le preguntaron si les había llegado el mensaje de que los estaban investigando los mossos?

-No. Eso no me lo preguntaron.

-¿Le pidieron los policías que siguiera colaborando con ellos?

-Querían que siguiera. 'Inténtalo. Intenta conseguir algo'. Me apretaban. 'Traenos algo'. Empezaba a sentir presión. Luego un coche siguió a mi mujer. Cogí la matrícula y fui a los Mossos. Les expliqué todo lo que había pasado y me acompañaron a Madrid para declarar ante el juez.

-¿Lo volvería a hacer?

-No. Llevo unos meses con mucha preocupación. He tenido que ir a declarar a Madrid, han seguido a mi mujer, han difundido rumores falsos diciendo que soy extremista.

-¿Tiene miedo?

-Estoy preocupado. Hay una guerra política. A mí, si los Mossos, la Policía y el Ministerio del Interior se pelean entre ellos me parece muy bien. Pero yo no pinto nada en todo esto.

-¿Le contó al juez lo que está contando en esta entrevista?

-Esto y algo más. Le mostré los whatsapps de uno de los policías presionándome, pidiéndome información. Y la matrícula del coche que siguió a mi mujer.

-¿Le siguen presionando?

-Me llega información de que están hablando mal de mí en Ceuta. Que hay miembros de la Policía Nacional que dicen que me van a detener a mí y al hermano que me acompañó a Terrassa. Me llegan informaciones que te hacen vivir inquieto. Por eso prefiero salir a contar la verdad, para que se sepa lo que pasó.

-¿Se siente utilizado?

-En cierto modo, sí. No voy a valorar las intenciones de esos policías, quiero pensar que no son malas, pero es extraño y te hace dudar.

-Es hijo y nieto de policías... ¿Lo está pasando muy mal?

-Es una pesadilla. He decidido venir a contar lo sucedido antes de que se siga distorsionando sobre mí. Soy un musulmán pacífico, que combate la violencia.