El Consejo de Ministros decidió ayer que el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo Julián Sánchez Melgar sea el nuevo fiscal general del Estado como sustituto del fallecido José Manuel Maza. El nombramiento no fue consultado con ningún partido de la oposición. El PSOE lamentó que el Ejecutivo «no haya buscado el consenso» y haya optado por un fiscal «conservador», del mismo «perfil» que el de Maza. «Es un nombramiento político que responde a los intereses del Gobierno», se quejó la número dos de los socialistas, Adriana Lastra.

En respuesta a esta acusación, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, recordó que nunca un Gobierno ha consensuado con la oposición un nombramiento de estas características.

La elección de Sánchez Melgar supone que el Ejecutivo central ha optado por una figura similar a Maza, que también procedía de la Sala Segunda del alto tribunal, donde se investiga la querella por rebelión presentada por la Fiscalía General del Estado contra la Mesa del Parlamento catalán y que se acumulará a la causa que, hasta ayer mismo, se seguía en la Audiencia Nacional contra los miembros del cesado Gobierno catalán de Carles Puigdemont.

Julián Sánchez Melgar (Palencia, 1955) quiere asumir su nueva responsabilidad con «autonomía, independencia, prudencia y, sobre todo, valores constitucionales». Una declaración de principios que le dedicó a la única cámara que le esperaba (la de Cuatro) a las puertas del Tribunal Supremo tras conocerse su designación, en un momento marcado por las querellas que Maza interpuso por rebelión contra el Govern y la Mesa del Parlament.

Sánchez Melgar es juez por oposición desde 1983. Ha estado destinado en la antigua Audiencia Territorial de Barcelona, en juzgados cántabros y en el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria antes de pasar a presidir la Audiencia de Ávila desde la que llegó al Supremo.