El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha acordado dejar en libertad a los dos presuntos yihadistas detenidos las pasadas Navidades en Madrid a los que se intervinieron cargadores de AK-47, al haber constatado que "los indicios que apuntaban a que los investigados tenían un corte yihadista se han desvanecido". Los dos jóvenes, ambos españoles aunque sus familias eran de Gambia y de Marruecos, ingresaron en prisión en pasado 30 de diciembre por enaltecimiento del terrorismo y tenencia de armas.

El magistrado explica que no "aparece mínimamente acreditada" la tesis de que Edrissa Ceesay Sanuwo y Samir Sennouni fueran adoctrinados por un tal "Abdul" o "Mousin" y "todo apunta a que fue ideada" por el confidente policial conocido como Lolo, que es el que contacta con el agente encubierto que les vendió los cargadores.

Ni siquiera los vídeos que se les intervinieron con un kalashnikov, delante de una imagen de la Puerta del Sol de Madrid, "responden a la tipología yihadista", aunque las pocas frases que se entienden de las grabaciones digan "vais a morir todos" y "por la gloria de Ala". Tanto Sanuwo como Sennouni declararon que fue Lolo quien les animó a hacer las grabaciones, que no se publicaron en redes sociales o al menos no se han podido localizar.

También ha pesado para dejarles en libertad que no se les hubiera encontrado ningún arma ni en la Cabaña, de Moratalaz, en la que se reunían. Sólo hablaba de la compra de armas el confidente, pero hasta el agente encubierto que les vendió los cargadores niega haberles proporcionado alguna.

Pese a dejarles en libertad, al no haberse acreditado el delito que se les imputaba, el magistrado les ordena que comuniquen permanentemente su domicilio al juzgado para que estén localizados.