El vicesecretario de política autonómica y local del PP, Javier Arenas, el segundo de los exsecretarios generales del partido en comparecer en el juicio de 'caso Gürtel', aseguró este miércoles ante el tribunal que de la recepción de donativos se encargaba el tesorero, que en su época era Álvaro Lapuerta, pero "representaban un porcentaje muy pequeño" de la financiación del partido y nunca tenían una contraprestación.

Arenas, que en la línea del lunes de Francisco Álvarez-Cascos, exculpó al extesorero del partido que se sienta en el banquillo, Luis Bárcenas, explicó que cuando le nombraron secretario general se reunió con Lapuerta y este le informó "de que la financiación del partido eran ayudas públicas, las aportaciones de los militantes y las donaciones que representaban un porcentaje muy pequeño". Añadió que el tesorero que fue exonerado por demencia sobrevenida le"repitió muchas veces" que esas donaciones "nunca fueron a cambio de algo".

Añadió que ni Lapuerta, ni, mucho menos el entonces gerente, Bárcenas, tenían entre sus "atribuciones" el llamar a directores generales o alcaldes para "recibir un trato de favor". "Ni atribuciones ni capacidad. No la tenía nadie", sentenció el testigo.

Arenas, que como Cascos negó haber recibido algún sobresueldo "independiente" de su retribución, explicó que cuando Bárcenas perdió el acta de senador, pese a estar imputado en el 'caso Gürtel', se reunió con él, su esposa y el presidente, Mariano Rajoy, en Génova.

DESPEDIDA DE BÁRCENAS

Aseguró que se trató de una reunión "más humana que económica" en la que "se trataba de despedir a una persona que había trabajado muchos años en el partido", en la que "no se hablaron condiciones", aunque sí "cuestiones menores, como que dejaba en una salita donde iba a dejar sus cosas y que si necesitaba un vehículo del partido que la pidiera".

Justificó este encuentro, que no se hizo con otros imputados como Jesús Merino, que era diputado, o el propio Álvaro Lapuerta, en que "el grado de vinculación de Bárcenas con Génova era altísimo, evidentemente".

Según el exsecretario general del PP, entonces creía que el procedimiento que se seguía contra ellos "era nulo" y que la "situación que vivían, injusta" porque también Bárcenas como Lapuerta "habían sido muy buenos gestores".

También negó haber dado instrucciones para que se pidiera al extesorero que desmintiera la contabilidad B del partido que se le atribuía y tener cualquier conocimiento sobre su existencia, puesto que su función se limitaba a saber si el Tribunal de Cuentas había puesto algún pero a la contabilidad de la formación. Fue tajante al negar que el PP tuviera cuentas en Suiza.