Muchos se sienten estos días como Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo', reviviendo el día de la marmota electoral. "¿Para qué repetir elecciones si saldrán los mismos resultados que el 20-D?", se preguntan. Pero, aunque todo parezca igual, entre las dos elecciones habrá, como mínimo, cinco grandes diferencias.

¿EL PP PUEDE GOBERNAR Y RAJOY NO SER PRESIDENTE?

Pese a que existan dudas entre algunos dirigentes del PP, Mariano Rajoy seguirá al frente de su candidatura. Otra cosa será qué pase tras el 26-J, esto es, si la aritmética permite que populares y Ciudadanos suman, pero Albert Rivera pide su cabeza para pactar. En los comicios habrá que ver qué factura pasan los últimos escándalos, que le obligarán a depurar las listas de nombres como Pedro Gómez de la Serna y José Manuel Soria. El primero, acusado de cobro de comisiones irregulares, se negó a renunciar a su acta de diputado y se pasó al grupo Mixto. Por su parte, el exministro dejó la política tras el escándalo de los 'papeles de Panamá'. Los cambios en las listas de Congreso y Senado no afectarán a Rita Barberá, al ser senadora por designación autonómica.

¿LOGRARÁ SÁNCHEZ SEGUIR COMO LÍDER DEL PSOE?

Pedro Sánchez repetirá tras aplazar el congreso del partido para posponer la pugna interna, aunque sigue sin estar claro su futuro ni la libertad que tenga a la hora de explorar pactos postelectorales. Antes, tendrá que hacer movimiento de fichas en las listas. En Madrid deberá resolver las dudas de la exmilitar Zaida Cantera y cubrir las bajas de la 'exciudadana' Irene Lozano y Meritxell Batet. La número 2 por Madrid es la elegida para relevar a Carme Chacón,que ha renunciado a repetir como cabeza de lista del PSC. Batet intentará mantener o mejorar los malos resultados de hace cuatro meses, cuando el PSC se quedó con tan solo ocho escaños.

¿HASTA DÓNDE LLEGARÁ LA ALIANZA IU-PODEMOS?

El 20-D solo compartieron cartel en Galicia bajo la etiqueta de En Marea y en Cataluña con En Comú Podem pero ahora Podemos e Izquierda Unida han decidido cambiar de estrategia de cara a unos nuevos comicios. Alberto Garzón, que vio como el millón de votos de IU solo le valía dos diputados, esta vez solo acepta que haya una confluencia en todos los territorios. Por eso, Podemos e IU es muy probable que concurran juntos como coalición estatal. Sobre el papel, las proyecciones dicen que una lista conjunta de la izquierda alternativa habría obtenido 85 escaños el 20-D. Habrá que ver, a la hora de la verdad, qué resultado da esta unión el 26-J.

¿RETENDRÁ CIUDADANOS EL VOTO PRESTADO?

Albert Rivera se ha posicionado durante las negociaciones como hombre de Estado a la búsqueda de consensos. Pese a que ha querido mantener una imagen de centralidad, su acercamiento a Pedro Sánchez le puede hacer perder parte de los apoyos que pescó en el caladero popular molesto con la corrupción. El gran reto de la formación naranja de cara a la repetición electoral será ver si consigue retener el voto prestado del electorado del PP y si sus diputados bastan para alcanzar una mayoría de derechas o para engrasar una gran coalición entre populares y socialistas.

¿CAMBIARÁ LA ABSTENCIÓN LOS RESULTADOS?

La abstención puede ser el factor determinante que puede alterar los resultados. En los últimos comicios la participación fue del 69,67, la cuarta cifra más baja de las 12 elecciones generales celebradas en España. Y las encuestas vaticinan que, en un domingo de resaca del puente de San Juan, todavía puede haber un aumento notable de la abstención, fruto del hartazgo de la ciudadanía con la clase política. La historia demuestra que la abstención penaliza mucho más a la izquierda ya que, a excepción de 1989, siempre que la participación ha quedado por debajo del 70% ha ganado la derecha. De ahí que uno de los mensajes más escuchados este Primero de Mayo haya sido que la única manera de que el PP no siga en el poder es que los votantes de PSOE y Podemos no se queden en casa.