Primero Òmnium Cultural y después la ANC. Las dos principales entidades del independentismo han optado esta vez por no emprender boicot alguno contra el rey Felipe VI por su presencia en los actos de homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils, un año después, el próximo 17 de agosto. Se trata de un gesto significativo, dado que los mensajes que habían enviado el Govern y el propio president Quim Torra hasta ahora eran de clara hostilidad a la presencia del Monarca en la capital catalana. «Ya no es el rey de los catalanes», dijo recientemente Torra. «Si Colau quiere invitarlo, es cosa suya, nosotros no entramos», lanzaba Elsa Artadi, consellera de Presidencia y portavoz del Gobierno catalán hace tan solo un mes. «Que cada uno invite a quien quiera, pero nosotros es evidente que no invitaremos al Rey», subrayaba.

Es más, en una entrevista a El Punt Avui, Artadi sostenía que «el Govern no puede actuar con normalidad con una persona que ha justificado la violencia, el president de la Generalitat y el president del Parlament no lo pueden recibir con una sonrisa y un apretón de manos después de lo que ha pasado», en relación al discurso del Monarca el 3 de octubre del pasado año tras el referéndum del 1-O.

Hasta ahora, la tesis del Gobierno catalán, en sintonía con lo decidido por Torra tras coincidir con el Monarca en los Juegos del Mediterráneo (no se le invitaría a ningún acto y no se compartiría ningún acto con la monarquía), era la que el propio president repitió hace unos días: «No pensamos invitar a Felipe VI a ningún acto que organicemos, tampoco pensamos asistir a ningún acto al que la Casa Real nos quiera convocar». Pero al no ser directamente el Govern el que organiza el recuerdo a las víctimas, la amenaza de boicot ha quedado diluida.

Con todo, cuando hace dos días la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, reclamaba «no hacer política» con el terrorismo «utilizando al Rey», Torra espetaba: «No tengo tiempo para preocuparme del Rey». Parecía que se mantenía la tensión, hasta que el jueves Òmnium movió ficha claramente: el protagonismo ha de ser de las víctimas y sus familiares, y el acto ha de ser un reconocimiento a la tarea de los cuerpos policiales que actuaron en relación a los atentados. Tanto Òmnium como la ANC, que ayer finalmente se apuntó a esta tesis, convocarán una concentración de homenaje delante de la cárcel de Lledoners, donde está preso Quim Forn, aprovechando la anunciada visita de Torra al exconseller de Interior. En febrero Òmnium sí convocó una cacerolada contra el Rey con motivo de su presencia en Barcelona para inaugurar el Mobile World Congress.

Elisenda Paluzie, responsable de la ANC, secundó los argumentos de Òmnium, y en declaraciones a Catalunya Ràdio afirmó: «Hay unos protagonistas centrales que son las familias de las víctimas; es muy duro y vienen aquí, y más siendo extranjeros, volviendo al lugar donde se produjo todo. Y eso es lo que tenemos que poner todos en el centro, todos, también el Gobierno central».

Por otro lado, la diputada de la CUP Natàlia Sànchez afirmó que su formación no participará en los actos del 17-A por la presencia del Rey. «Entendemos que no tenemos que participar en actos que cuenten con la presencia del Monarca español, porque es cómplice de la negociación y la compraventa de armas que generan conflictos globales, y que tienen mucho que ver con la situación lamentable que nos lleva a los atentados de Barcelona y de otras capitales europeas», dijo.