El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el líder de los 'comuns', Xavier Domènech, han puesto en marcha un plan para encontrar un mediador que despierte la confianza de Gobierno y Generalitat. El podemista ha llamado al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y al 'president', Carles Puigdemont, para proponerles que se sienten a dialogar por el momento con el fin único de acordar un mediador que despierte confianza a ambas partes. Iglesias les ha pedido que propongan algunas personalidades que podrían contentar a ambas partes y, según ha indicado, no le han dado un 'no' por respuesta. Espera que en las próximas horas los dos mandatarios acepten la iniciativa.

En paralelo, Iglesias y Domènech han conversado con "actores sociales muy relevantes" cuyos nombres no han querido desvelar para no entorpecer la posible puesta en marcha de un proceso de mediación.

"Existen ya contactos, conversaciones con personas de la sociedad civil de ámbito estatal e internacional, pero tienen que ser el Gobierno y la Generalitat quienes hablen. No vamos a poner ningún nombre encima de la mesa pero estamos dispuestos a ayudar", ha señalado Iglesias en la rueda de prensa en la que ha anunciado su propuesta.

Los dirigentes no han concretado si entre esos contactos están algunas de las personas que se han reunido con Rajoy y Puigdemont para desbloquear el conflicto.

El anuncio de Podemos se da tras la reunión que mantuvo este martes en la Moncloa el presidente del Gobierno con los arzobispos de Barcelona y Madrid, Juan José Omella y Carlos Osoro, para avanzar en una mediación en el conflicto de Catalunya, informa Europa Press. Por su parte, el Govern ha mantenido en las últimas semanas contactos con Omella y con el abad de Montserrat, Josep Maria Solé, unas conversaciones que tendrían el beneplácito de la Santa Sede.

La Iglesia viene reclamando entendimiento entre el Estado y la Generalitat desde hace semanas. El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, leyó un comunicado de la Comisión Permanente en el que llamaba al diálogo y alertaba de que se puede generar una situación con "irreversibles" y "graves consecuencias".

Tras las actuaciones policiales del 1-O, Omella criticó la "situación de violencia" y pidió una salida "pacífica y democrática".