La reunión de Pablo Iglesias con el jefe del Estado duró menos de una hora y sirvió para tratar temas tan diversos como las posibilidades de investidura, la coyuntura internacional o lo acaecido este miércoles en Cataluña que, al parecer, preocupa e incomoda a Felipe VI. A tenor del tono exhibido ante la prensa puede concluirse que el jefe de Podemos no estaba muy animado. Su única certeza es que su partido votará “no” ante un hipotético intento de Mariano Rajoy. Y su análisis de la situación es que, en realidad, el futuro del Gobierno está en estos momentos en mano de un PSOE que puede elegir entre permitir que Rajoy siga en Moncloa o intentar una vía alternativa que, también hay que decirlo, el propio Iglesias ve complicadísima y lejana.

“Es obvio que lo que acaba de ocurrir en el Parlament catalán y lo que sucedió en la Mesa del Congreso dificulta cualquier acuerdo con el Partit Demòcrata Català”, dijo Iglesias. A su entender, la votación que se produjo en Barcelona sobre las conclusiones de la comisión sobre el ‘proces’ aleja enormemente a los partidos catalanes de los socialistas. Mientras que el apoyo no admitido de CDC al PP en la Mesa, continuó, y su falta de interés -también de ERC- por impulsar la candidatura de Xavier Domènech para presidir la Cámara tampoco allana el camino con respecto a Unidos Podemos.

Así las cosas, el jefe de los morados recalcó que el escenario que se vislumbra es farragoso, especialmente si Rajoy se mantiene en sus trece de no aceptar una investidura si no cuenta con apoyos garantizados y si, como parece, Sánchez no cambia de criterio y se instala en el “no” al PP y, al tiempo, rechaza hacer un intento. “Sólo hay dos opciones: o el PSOE apoya un gobierno popular o uno basado en una coalición de izquierdas con nosotros. Pero para eso tendría que sortear las resistencias de su partido y de sus núcleos de poder y además las dificultades objetivas en Cataluña”, añadió.

RECHAZA LA ABSTENCIÓN MANCOMUNADA

Durante la rueda de prensa se le plantearon numerosas preguntas que sirvieron para aclarar, un poco más, su posición. Iglesias hizo hincapié en que a él le toca esperar el desarrollo de los acontecimientos y que no tomará la iniciativa ni participará en abstenciones “mancomunadas”. Si le llama Sánchez, reiteró, atenderá la llamada y escuchará sus propuestas si las hubiera. Pero él no cogerá primero el teléfono ni hará de “alcahueta” con los nacionalistas e independentistas, en los que ve un cambio de actitud respecto a la legislatura fallida.

Aún fue más allá indicando que por más bloque dada que esté la situación, no desobedecerá a sus bases ni se planteará esta vez ceder a un gobierno en el que pudieran estar integrados PSOE y C’s. Es más, auguró que finalmente no habrá terceras y elecciones porque, cuando se acerque ese momento, los naranjas cambiarán su voto al “sí” y arrastrarán a los socialistas a permitir el nuevo Ejecutivo. “Esta situación no se va a resolver con medidas institucionales, sino cuando el PSOE elija”, concluyó.