Pablo Iglesias ha reconocido que el resultado obtenido por Podemos en Cataluña ha sido malo, peor incluso que el de las elecciones anteriores cuando su formación se presentó coaligada bajo la marca Catalunya Sí que es Pot, porque no se ha entendido su mensaje de diálogo y de referéndum pactado del que han hecho bandera.

Por primera vez tras las elecciones del 21 de diciembre pasado, el líder de Podemos habló de la situación ante el Consejo Ciudadano de la formación invitando a la autocrítica por los errores cometidos en el 2017. También esbozó un plan de trabajo para recuperar el espíritu del 15-M, con mayor presencia en la calle y para forzar a Mariano Rajoy a que celebre este año el debate sobre el Estado de la Nación.

Había cierta expectación por conocer el análisis de la situación política de Podemos tras los malos resultados del 21-D. Los comentarios sobre su mes de ausencia en la arena política han sido el «culebrón de invierno». «Desaparecido no, trabajando mucho», aclaró. Y tras ello sacó sus conclusiones. «Hemos tenido un mal resultado. Hay que asumirlo y reconocer que podríamos haberlo hecho mejor», afirmó. En su opinión, el electorado no ha entendido la apuesta por el «dialogo y la fraternidad», así como la defensa de un referéndum pactado. «Parecía que les estábamos hablando a otras formaciones», destacó, en referencia a los partidos independentistas.

Iglesias, sin embargo, no planteó si cambiará de estrategia cara a la nueva etapa poselectoral más allá de seguir colaborando con En Comú Podem, entre otras cosas, porque ha reconocido las limitaciones sobrevenidas por el precario resultado de las urnas. «Nuestro papel es modesto», dijo. Pero el desgaste que los sondeos detectan sobre Podemos no se debe solo a la cuestión catalana, porque su líder dejó claro que venía de antes, aunque se haya agudizado el año pasado. «El 2017 empezamos mal», señaló. Con mención expresa a realizar una autocrítica en este aspecto, Iglesias enfatizó la equivocación de los dirigentes de la formación de realizar los debates internos en público, a través de los medios de comunicación, y no en los órganos de dirección. También lamentó «no haber sido capaces» de priorizar los temas sociales y la denuncia de la corrupción.

Pero no todo el balance fue negativo. La moción de censura contra el jefe del Ejecutivo ha sido el hito que ha mostrado que «hay una alternativa al PP». Este partido, junto al PSOE y Ciudadanos forman lo que el líder de la formación morada califica de «bloque de partidos monárquicos» que con un «estilo autoritario» tienen como «proyecto fundamental» que Podemos no forme gobierno en España. La necesaria recuperación de la agenda social, que Iglesias ha reconocido haber abandonado por la crisis catalana, entre otras cosas, podría ser impulsada por «un gran evento», que pidió se organice, con el que Podemos vuelva a tener la iniciativa política y la presencia pública que disfrutaron con las asambleas de Vistalegre. En ella se articularían mecanismos para que se vea a los militantes allí donde haya una problemática social que resolver.

Además, llamó a trabajar para ganar las elecciones del 2019 en los ayuntamientos y las comunidades autónomas. Y señaló oficiosamente a Íñigo Errejón como candidato a la Comunidad de Madrid al citarle expresamente para encargarle «que se ponga a trabajar ya», aunque ha recordado que se tienen que celebrar las primarias para elegir al candidato. El líder de Podemos reconoció que el triunfo en las primarias de Pedro Sánchez le creó expectativas, pero enseguida llegó el desengaño. «Nos hemos hecho escépticos. El PSOE no quiere echar Rajoy, no quiere una moción de censura», señaló, para advertir a continuación: «Está haciendo lo mismo que Susana Díaz. Pedro ha envejecido muy pronto».

CONFLUENCIA DE LA IZQUIERDA / El líder de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, por su parte, aseguró ayer ante la coordinadora federal de la formación que «no se puede esperar hasta el último momento» para preparar la nueva confluencia de izquierdas cara a próximos ciclos electorales, ya que hay que centrar un proyecto de país «sin ansiedad pero de forma clara y pisando bien el terreno».