Tras la macrooperación para cortocircuitar el referéndum, el Gobierno ha insistido este jueves en que la consulta de autodeterminación no se va a celebrar y ha pedido a Carles Puigdemont que ceje en su empeño y que convoque ya unas elecciones autonómicas. Es la única salida que ven muchos dirigentes de las llamadas fuerzas constitucionalistas, más allá de las mesas de diálogo que piden el PSOE o Podemos.

La ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, y el líder de C’s, Albert Rivera, han coincidido en sostener que para buscar una salida pactada los actuales dirigentes catalanes están “inhabilitados” -“se han dejado inhabilitar por la CUP”, ha dicho la dirigente conservadora- y, por ello, han reclamado una convocatoria electoral para que haya un “relevo”. “Se necesita una nueva generación de políticos independentistas”, ha sostenido la ministra.

El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha subrayado por su parte que las detenciones de los cargos de la Generalitat y los registros no los ha llevado a cabo el Gobierno y ha pedido a la Generalitat y a Podemos que, en lugar de azuzar, velen por la “convivencia pacífica” en Catalunya. Aún así, el también ministro de Educación no se ha aplicado su propia receta y ha echado más leña al fuego al sugerir que los manifestantes que coparon ayer el centro de Barcelona para protestar contra la operación no es “gente normal” que “respete la ley”. En la misma línea, el coordinador del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha recordado que hay una “mayoría silenciosa” que no sale a la calle.

Mejorar la coordinación con los Mosos

El ministro del Interior, José Ignacio Zoido, ha mandado, por su parte, un mensaje de apoyo a las fuerzas de seguridad del Estado que, en su opinión, aguantaron estoicamente el rechazo de los manifestantes, y ha considerado que el despliegue, pese a su magnitud, fue “proporcionado y discreto”. Asimismo ha expresado su determinación de que se mejore la coordinación con los Mossos en los próximos días, informa Iolanda Mármol.

Tras la incautación de millones de papeletas y de los envíos a los eventuales integrantes de las mesas electorales, la gran pregunta que queda en el aire es dónde están las urnas. A este respecto, el titular de Justicia, Rafael Catalá, ha señalado que si urnas existiesen ya las tendrían localizadas las fuerzas y cuerpos de seguridad. “Quizá es que no existen, simplemente”, ha manifestado. Asimismo ha admitido que no se puede asegurar que se haya desmantelado “completamente” la infraestructura para el 1-O, pero se ha mostrado convencido de que se han aprehendido “muchos elementos” que evitan que se celebre.

La respuesta del PSOE y C’s

El PSOE ha renovado además su apoyo a las medidas del Estado para impedir el referéndum, incluyendo la detención de varios altos cargos de la Generalitat. Se trata, ha dicho la presidenta de los socialistas, Cristina Narbona, de un “desafío a las instituciones democráticas”.

Como hizo el día anterior el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y también el propio Mariano Rajoy en su comparecencia en el palacio de la Moncloa, Narbona ha pedido a Puigdemont que “desconvoque el referéndum ya, cuanto antes mejor”. Entonces, ha concluido durante una conferencia organizada por el Foro Nueva Economía, se podría abrir “un espacio político de manera inmediata”.

Rivera, por su parte, que ayer se reunió con Rajoy en la Moncloa, igual que Pedro Sánchez, no ha descartado que se aplique el artículo 155 de la Constitución, para que el Estado asuma competencias de la Generalitat, si Puigdemont declara de forma unilateral la independencia. El presidente del Gobierno, en su comparecencia del jueves en la Moncloa, advirtió enigmáticamente a los independentistas de que “están a tiempo de evitar males mayores”.

El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, tras el Consejo de Ministros.

La nota discordante entre las fuerzas mayoritarias en Madrid la sigue poniendo Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, ha evitado pedir al ‘president’ que renuncie al referéndum y ha defendido que lo que toca ahora es “más democracia” y que el Gobierno del Estado, al que ha tachado de “pirómano” por llevar a España al “desastre”, entienda que se tiene que sentar con la Generalitat.