El Gobierno quiere nombrar cuanto antes a la persona que reemplazará al fallecido José Manuel Maza al frente de la Fiscalía General del Estado. Pero sin perder la cabeza. Si da tiempo para llevarlo al consejo de ministros de este viernes, se hará, pero si no, se hará el siguiente.

Fuentes del ejecutivo sostienen que la fiscalía es "una institución lo suficientemente sólida" como para que no pase nada por esperar una semana para elegir al sucesor de Maza, aunque lo consideran un asunto prioritario, sobre todo por la delicada situación de Catalunya y los procedimientos abiertos por rebelión. De momento, el teniente fiscal del Supremo, Luis Navajas, detenta la jefatura y mantiene la continuidad en el ministerio público.

Entre los nombres que se barajan están algunos de los que ya sonaron cuando de forma sorpresiva se eligió al entonces magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Maza, que no había aparecido en ninguna quiniela. Se trata del actual presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, o del vocal del Consejo General del Poder Judicial Fernando Grande-Marlaska.

También se mencionan los nombres de varios magistrados del Tribunal Supremo que, como Maza, también son fiscales, como Miguel Colmenero o Antonio del Moral.

Hasta ahora el no esperado

Navarro, que llegó a la Audiencia desde Canarias, donde presidió el Tribunal Superior de Justicia y antes la Audiencia Provincial de Tenerife, sería un nombramiento bien visto por distintos ámbitos y sensibilidades, aunque su buen posicionamiento en los momentos previos a la elección definitiva podría resultar un hándicap para la elección definitiva, porque ni Consuelo Madrigal, ni Maza fueron los esperados en su momento.

La fiscala sustituyó a Eduardo Torres-Dulce al frente de la fiscalía, tras la tibieza con la que desde el Ejecutivo se entendió que había afrontado el desafío independentista catalán en los tiempos de la consulta del 9-N de 2014.

Cuando se produjo el cambio de Gobierno, se daba por supuesta la continuidad de Madrigal, que solo llevaba un año en el cargo, pero su negativa a sustituir al entonces fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, frustó sus expectativas de seguir en el puesto prácticamente de la noche a la mañana.

Entonces llegó José Manuel Maza, que no tuvo problemas para nombrar a Jesús Alonso para ese puesto, oído el Consejo Fiscal, y a Manuel Moix, en Anticorrupción. Donde sí demostró la autonomía de criterio que había caracterizado su trayectoria jurídica en la Sala Segunda del Supremo fue a la hora de solicitar prisión para los entonces presidentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, y después de los exmiembros del Govern y de la Mesa, aunque estos últimos quedaron en libertad tras pagar las correspondientes fianzas.