La agresión sexista que sufrió la coordinadora de Podemos Andalucía Teresa Rodríguez por parte de un empresario a finales de diciembre sigue adelante por la vía judicial. La fiscalía de Sevilla denuncia al agresor, que entonces era vocal de la Cámara de Comercio hispalense, por “pisotear” la dignidad de la dirigente política con un acto “claramente sexista”. El fiscal entiende que esa actitud podría ser constitutiva de un delito contra la libertad sexual o de atentado a la autoridad, y afea que tal muestra de desprecio agranda su repercusión por cuanto va contra ““una mujer que cumple en nuestra sociedad una función representativa conocida por todos y de inequívoca trascendencia”.

Rodríguez se mostró satisfecha este jueves tras conocer la calificación de la fiscalía y la dureza de la denuncia elevada a los juzgados para solicitar la incoación de diligencias previas y depurar la posible responsabilidad penal. Y es que en el texto se apunta que ante las circunstancias concurrentes y “el designio perseguido por el denunciado” la actitud de Manuel Muñoz podría encajar, además de con los delitos antes mencionados, con el artículo 173.1 del Código Penal. Dicho articulo refiere la pena de prisión para quien infligiere a otra persona un trato degradante que menoscabase “gravemente su integridad moral”, y contempla penas de entre seis meses y dos años de cárcel.

La dirigente de Podemos expresó su deseo de que el proceso judicial sea una oportunidad para demostrar que "este tipo de agresiones no quedan impunes" y que hay herramientas judiciales para evitarlas, tanto en el ámbito cotidiano como en el social o el laboral, "en espacios públicos o abiertos y que no estén tal vez tan protegidos por las leyes". Así, reprochó que detrás de esas actitudes se ocultan intentos de cosificar a la mujer y aprovecharse de una situacion de género que provoca vulnerabilidad en las mujeres, al tiempo que afeó que dentro del paradigma machista "haya una clasificación de las mujeres por la cual ser joven y con una apariencia que me asimila a una trabajadora o una camarera lleva a alguien a pensar que la agresión iba a quedar impune".

DURANTE UNA EXPOSICIÓN

En su denuncia, el ministerio público se hace eco del relato de hechos expuesto por Rodríguez sobre lo ocurrido la tarde del 20 de diciembre de 2016. La responsable de Podemos Andalucía visitaba una exposición en la sede oficial de la Cámara de Comercio de Sevilla en calidad de diputada parlamentaria y líder política, al igual que otros invitados, como la presidenta de la Junta Susana Díaz, que presidió la inauguración. Cuando se disponía a abandonar el lugar, los responsables de la Cámara la instaron a conocer las instalaciones, rogándole que subiera a la planta noble del edificio.

Allí, el empresario denunciado, “siendo consciente de la función representativa que cumplía” Rodríguez, y en presencia de varias personas más, “casi todos hombres” matiza la denuncia, se abalanzó sobre ella “empujándola hasta hacerla retroceder hacia un rincón”. A continuación, Muñoz “tapó la boca de la mujer con su mano mientras aproximaba su boca a la de ella y besaba su propia mano, la que cubría la boca de ella, en un ademán como si, en realidad, la estuviera besando en los labios”. Y todo ello mientras “pegaba su cuerpo contra el de la diputada, haciéndola retroceder hasta la pared”, hasta que la parlamentaria “pudo desembarazarse y salir del lugar”.

Para la Fiscalía, el “propósito principal” de esa acción fue “pisotear la dignidad de la persona ofendida con un acto de contenido claramente sexista”, que pretendía “demostrar y alardear de una repudiable e indefendible idea que preconiza la primacía del hombre sobre la mujer, obligando a ésta, para su propia humillación y vituperio, a sentirse sometida sin remedio a ese poder y a ese imperio”.

"PÉRDIDA DE DIGNIDAD"

Para el ministerio público, la entidad de la vejación “se agranda considerablemente” a tenor de las circunstancias en que se produjo. “En un acto público, contra una mujer que cumple en nuestra sociedad una función representativa conocida por todos y de inequívoca trascendencia, la muestra de desprecio, simplemente por esa condición de mujer, adquiere mayor entidad y repercusión”, concluye la denuncia. En este sentido, texto tiene en cuenta además que a causa de las “propias posibilidades de difusión de la vejación y por la cualidad de la destinataria, que se elige como víctima, precisamente, para reforzar el sentido humillante de la mofa, de tal manera que para la persona que ha de sufrirlo, al ser consciente de todas esas circunstancias, la sensación de envilecimiento y de pérdida de dignidad, por fuerza, ha de ser enorme”.

Tras la denuncia pública realizada días después en un post en Facebook por la dirigente de la formación morada, el empresario -vinculado al mundo de los muebles y la decoración con su empresa Guadarte-- abandonó su puesto en la Cámara de Comercio de Sevilla y se mostró “afectado” y “arrepentido” por lo que tildó de “broma de mal gusto”. Así, justificó su actitud en que aquel día había tomado una copa con los amigos en el transcurso de una comida navideña, por lo que “no pensé que esto se iba a llevar a este nivel”, dijo entonces, pidiendo disculpas tanto a Rodríguez como a todas las mujeres que pudieron sentirse agredidas. “Pensaba que me iba a seguir la broma, pero ella lo ha interpretado así y lleva razón: le pido disculpas mil veces, no puedo decir otra cosa, y si hace falta escribir una carta, salir en televisión o ir a verla a Cádiz, lo haré con mucho gusto”, concluyó.